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Los que no perdieron su identidad en Cuernavaca

(Segunda parte y última)

 

     En esta búsqueda de la Identidad Perdida en Cuernavaca y, sobre todo, en cómo encontrarla de nuevo, les cuento: cuando Morelos, regresa al orden constitucional, un importante grupo de inversionistas forman la Compañía: “Sociedad Hotelera Hispano- Americana” y la nombran “De la Selva” y con ese nombre abre las puertas más tarde el Casino de la Selva, que tras su cierre con la presidencia de Lázaro Cárdenas, luego sería transformado en el super famoso Hotel Casino de la Selva, ya propiedad de Manuel Suárez y Suárez.

Grandes personajes eran clientes habituales de ese hotel y del Hotel Marik, ubicado en pleno zócalo, ahora Centro Comercial Las Plazas. Uno de ellos Malcolm Lowry que, por su alcoholismo, bajó al infierno y al subir lo hizo con su famoso libro “Bajo el Volcán” en la mano; en ellos se hospedaron don Alfonso Reyes, el gran pintor Gerardo Murillo “Dr. Atl”, David Alfaro Siqueiros al que luego contrataría don Manuel, benefactor a su vez del muralista, para decorar parte de los muros interiores de su Hotel Casino de la Selva. Llegan los 40s, los 50s y por la cacería de brujas en E.U. se refugian en Cuernavaca verdaderos “grandes” como Erich Fromm que escribió aquí “El Arte de Amar”.

Y les siguieron famosos y más famosos como el Sha de Irán y Farah Diba residentes en 1979 en una privada de la Av. Palmira. Dos emperadores, Maximiliano de Habsburgo en el Jardín Borda y Mohammad Reza Pahlavi en una privada en Av. Palmira eligen Cuernavaca, este último hasta que por indicaciones de Henry Kissinger al Presidente de México, José López Portillo, el Sha, ya sin visa para regresar luego de una revisión en su tratamiento de cáncer en New York, hubo de buscar otro refugio. Lo encontró en Egipto donde murió tiempo después. Y siguió poco a poco el desorden en Cuernavaca.

    Así, distintas autoridades permitieron que se perdiera el estilo del zócalo y centro de la ciudad. Aumentaron las zapaterías y negocios varios que suplieron a los viejos cafés donde habituales se reunían a diario a “chismear” las noticias del día. Mientras tanto, aumentaba el otorgamiento de licencias sin ordenamiento urbano alguno.

Cabe resaltar que no toda la ciudad perdió la identidad y sentido de pertenencia, cuantos ignoran que tan solo en este Municipio tenemos doce pueblos de origen prehispánico que el crecimiento de la ciudad fue invadiendo al paso de los siglos y que, olvidados por autoridades, conservaron su cultura original, sus tradiciones, gastronomía y costumbres.

Esos 12 pueblos: Acapantzingo, Ahuatepec, Amatitlán, Buena Vista del Monte, Chamilpa, Chapultepec, Chipitlán, Ocotepec, San Antonio Analco o San Antón, Santa María Ahuacatitlán, Tetela del Monte y Tlaltenango, son ya Patrimonio de la Ciudad, tesoros de identidad, cultura y tradiciones. Se pueden observar sus símbolos distintivos en la ahora llamada Glorieta de la Identidad, antes llamada de Tlaltenango. Decía el gran Adalberto Ríos Szalay: “En Cuernavaca vivimos la historia mesoamericana, el virreinato Novohispano, la independencia y la Revolución mexicana por lo que no podemos renunciar y soslayar la riqueza y experiencias vividas en nuestro territorio milenario”.

Y miren si no, aquí vivieron reinas y emperadores, grandes artistas, intelectuales y científicos, enormes personalidades, así es que trabajemos por nuestra ciudad, adoptemos zonas de la ciudad para embellecerlas, busquemos una mejor imagen, pintemos fachadas, barramos nuestros frentes, eduquémonos para no rayar muros y exteriores de nuestra ciudad. Mostremos a los nuevos residentes que Cuernavaca es mucho más que un extraordinario clima y vegetación y que viven en un lugar que fue y que es famoso en el mundo entero. Y nos leemos el miércoles que entra queridos amigos.

Un grupo de personas

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El Sha Reza Pahlavi en Las Mañanitas, siempre en la mesa 14. Se desconoce quién la tomó pero fue una proeza porque tenía tres cinturones de seguridad que lo impedían. Fue la única foto que encontramos no protegida. Imagen cortesía de la autora