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¿Sabía que en el Estado de Morelos el 54% de los jóvenes de entre 15 a 24 años no asisten a la escuela?, así lo reveló el Censo de Población y Vivienda 2020 que elabora el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo tercero nos dice que toda persona tiene derecho a la educación, y que, el Estado impartirá y garantizará la educación básica y la media superior. Siendo la educación inicial un derecho de la niñez y será su responsabilidad concientizar sobre su importancia.

Por otro lado, el INEGI ha informado que, a nivel nacional y en el mismo rango de edad, de cada 100 personas, 5 no cuentan con ningún grado de escolaridad y 49 sólo cuentan con educación básica.

Pero, esas cifras todavía muestran algo más delicado, porque en Morelos 4 de cada 100 personas adolescentes del rango de edad antes mencionado, no saben leer ni escribir, es decir, son más los adolescentes que no asisten a la escuela que los que si lo hacen, ¿dato preocupante no creen?

Ahora bien, de acuerdo a la estadística del Tribunal Unitario de Justicia Penal para Adolescentes (TUJPA) de Estado de Morelos, en el año 2023 de los 98 adolescentes relacionados con alguna carpeta judicial, sólo 19 mencionaron ser estudiantes o trabajar y estudiar.

Por otro lado, del total de adolescentes, 52 mencionaron contar únicamente con estudios de secundaria, 23 de primaria, 04 de preparatoria, 02 de una carrera técnica y uno la licenciatura.

Las Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad), nos dicen que la prevención es parte esencial para evitar el delito en la sociedad. Si los jóvenes se dedican a actividades lícitas y socialmente útiles, se orientan hacia la sociedad y enfocan la vida con criterio humanista, pueden adquirir actitudes no criminógenas.

Del mismo modo pone de manifiesto que, para poder prevenir eficazmente la delincuencia juvenil es necesario que toda la sociedad procure un desarrollo armonioso y respete y cultive su personalidad desde la niñez. Además, los jóvenes deben desempeñar una función activa y participativa en la sociedad y no deben ser considerados meros objetos de socialización o control.

En consecuencia, podemos concluir que, la educación es un factor elemental, por un lado, aumenta las oportunidades de acceder a trabajos legales e incrementar sus ganancias, lo que reduce el atractivo de las actividades delictivas y el riesgo de que se conviertan en víctimas de los delincuentes.

Por otra parte, como podemos observar en las estadísticas, a menor nivel de estudios, es mayor el riesgo de que los jóvenes puedan dedicarse a actividades delictivas, por eso, es que debemos de apoyar a la educación de nuestros adolescentes, evitar su deserción de las escuelas y de esta forma ayudar a reducir los niveles de violencia.

*Juez de Control, Enjuiciamiento y Ejecución de Sanciones del Tribunal Unitario de Justicia Penal para Adolescentes