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Gabriela Mendizábal Bermúdez* y Fermín Esquivel Díaz**

Morelos es un estado pequeño en términos territoriales; sin embargo, su gran potencial económico, sus 42 centros e instituciones de investigación y ciencia y tecnología (por encima de la media nacional) y su rica herencia cultural y amabilidad social no han sido reconocidos completamente. Para nadie es un misterio que nuestra cercanía con la Ciudad de México, por supuesto el maravilloso clima que tenemos, y las políticas de algunos gobernantes, nos han orillado a ser un estado enfocado más en servicios y atracciones turísticas, que un polo de desarrollo económico, como es Puebla o de rápido crecimiento como sucede en Querétaro, algo que sin duda debemos analizar con mayor detalle.

Pero se preguntarán ¿cuál es la relación de la seguridad social con el desarrollo económico? Como dicen en nuestra querida Cuautla “pues todo” ya que si cada persona contara con la cobertura de sus necesidades básicas y protección en caso de riesgos sociales como: la enfermedad, la invalidez, los riesgos de trabajo, la vejez, la maternidad, etc., se tendría un mayor potencial para dedicar los esfuerzos al desarrollo de la colectividad y económico, además se disminuiría la inseguridad pública y se podría elevar la calidad de vida de las personas.

La seguridad social es un derecho humano reconocido en la declaración de los derechos humanos de 1948 en su artículo 22 que señala: toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Como se puede observar no es una prestación laboral derivada de un trabajo en la economía formal. Desafortunadamente el origen de los seguros sociales ligados a las prestaciones laborales, no le ha permitido que se reconozca plenamente. Un ejemplo de ello es que en nuestra Constitución Política no se dedica un artículo específico al reconocimiento del derecho humano a la seguridad social, mientras que nuestro mítico artículo 123 incluye en sus dos fracciones el derecho para las y los trabajadores al seguro social.

El conocimiento de la seguridad social es fundamental para una vida con dignidad y protección ante riesgos que vivimos todos los días. Para la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) países como: Chile, Uruguay, Argentina y Costa Rica entre otros, han presentado iniciativas exitosas para el conocimiento de la seguridad social. Por ejemplo: La Caja Costarricense de Seguridad Social (CCSS) implementó en 2017 una mesa de diálogo sobre los programas de pensión, invalidez y muerte. Ese país y Uruguay (2007) han incluido en sus planes de estudio de nivel básico la seguridad social, con el propósito de que los ciudadanos conozcan sus derechos y obligaciones y así participen activamente en la mejora del sistema de seguridad social.

Por su parte, en México hay intentos por difundir el concepto, alcance e importancia en la vida de cada persona de la seguridad social. Por ejemplo, desde el año 2016 se creó oficialmente la Semana Nacional de la Seguridad Social, mediante la publicación en el Diario Oficial de la Federación el 18 de enero, la cual se lleva a cabo la última semana del mes de abril de cada año, con eventos y muy bonitos discursos, pero alejados de la sociedad de a pie, esto no es suficiente para que la gente conozca su derecho y se apropie de él. Recordemos que los derechos que no son conocidos…son derechos que no son exigidos. Los derechos que no son exigidos…son derechos que fácilmente son cambiados y por lo tanto son derechos que fácilmente son perdidos.

En México las personas no conocen que la seguridad social es su derecho humano a ser cuidados por la colectividad, cuya base es la solidaridad y la fraternidad entre todas y todos, tristemente en México de acuerdo con CONEVAL …la carencia por acceso a la seguridad social es la carencia social que presenta la incidencia más alta en 2020 (52.0% de la población no tiene acceso a ella) y en el caso de la población en Morelos de acuerdo al INEGI solo el 43.5 % cuenca con servicios de salud ligados al Instituto Mexicano de Seguridad Social.

Finalmente podemos observar que el desconocimiento de la seguridad social, nos evita exigirla a quienes temporalmente ocupan los gobiernos, no basta con buenos deseos o emotivos discursos para asegurar a nuestra población: salud, pensiones o educación, que son las bases mínimas para ser productivo en cualquier sociedad, hagamos el esfuerzo de comunicar las bondades de la seguridad social y reconocer que sin bienestar físico, capacitación laboral y cuidado de nuestra gente, no lograremos desarrollo económico, pues no tendremos un Morelos justo, si no se garantiza en el estado el derecho humano a la seguridad social.

*Profesora Investigadora de Tiempo Completo de la FDYCS de la UAEM.

**Doctorando del programa de Derecho y Globalización de la FDyCS de la UAEM.

Foto: PNUD / Cristhian Parra, AccLabPy