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En el mundo actual, caracterizado por una rápida evolución tecnológica y un creciente impacto de la inteligencia artificial (IA), México enfrenta un reto crucial: fortalecer su subsistema de educación superior, esto debe ser no solo en términos de cobertura y calidad, sino también en cuanto a la pertinencia del desarrollo de competencias que se ajusten a las demandas de una nueva era.

La cobertura en educación superior sigue siendo limitada en México. Aunque se han hecho esfuerzos significativos para aumentar el acceso, aún existe una brecha considerable. Según datos de la SEP, solo alrededor del 40% de los jóvenes en edad universitaria tienen acceso a la educación superior. Este porcentaje es insuficiente para un país con aspiraciones de desarrollo.

Para abordar esta problemática, es esencial implementar políticas públicas que amplíen la infraestructura educativa y aumenten las oportunidades de ingreso. Las universidades deben ser accesibles no solo en las grandes ciudades sino también en las regiones rurales y marginadas. El uso de plataformas digitales puede jugar un papel crucial en esta expansión, permitiendo que más estudiantes accedan a educación de calidad sin las limitaciones geográficas tradicionales.

Sin embargo, ampliar la cobertura sin mejorar la calidad resultaría en un esfuerzo estéril. La calidad educativa es un componente fundamental que debe ser reforzado mediante la actualización de planes de estudio, la formación continua de los docentes y la mejora de la infraestructura educativa. En el contexto de la IA, es crucial que los programas educativos integren conocimientos avanzados y actualizados en ciencia de datos, programación, y ética en el uso de tecnologías emergentes. La educación superior debe formar a profesionales capaces de comprender y manejar las nuevas herramientas tecnológicas, preparándolos para un mercado laboral cada vez más competitivo y exigente.

Además de la calidad, la pertinencia de la educación superior es otro aspecto esencial que no puede ser ignorado. La educación debe estar alineada con las necesidades del mercado laboral y con las demandas de un mundo en constante cambio debido a la IA. Es vital que las instituciones de educación superior colaboren estrechamente con el sector empresarial y con las industrias tecnológicas para desarrollar programas de estudio que reflejen las competencias y habilidades que realmente se requieren. La pertinencia educativa implica también la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos, lo cual demanda flexibilidad en los currículos y una constante revisión de los contenidos impartidos.

Para alcanzar lo anterior, se requiere un compromiso serio y sostenido por parte de todos los actores involucrados: gobierno, instituciones educativas, sector privado y sociedad en general. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá asegurar que los jóvenes estén preparados para liderar y prosperar en un mundo cada vez más influenciado por la inteligencia artificial. La educación es el camino hacia un futuro mejor, y es nuestra responsabilidad fortalecerla en todos sus aspectos para garantizar el bienestar y el progreso de México.

*Profesor de El Colegio de Morelos.