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JOSÉ ANTONIO GÓMEZ ESPINOZA

El concepto que se tenga de “hombre” determina el pensamiento dominante, así como las corrientes filosóficas prevalecientes y también la forma de relacionarnos con la naturaleza. Entre las concepciones que se han generado están la del “hombre individuo” o la del “hombre colectivo” entre otras. En esta reflexión proponemos la de “hombre especie” bajo una visión ecocéntrica.

Bajo el pensamiento “Neoliberal” la concepción del hombre que ha prevalecido es la del “hombre individuo”, bajo cuya lógica se expresa la depredación tanto de la naturaleza como también la social, la cual se evidencia por la desintegración del tejido social, toda vez que el valor que se privilegia bajo este pensamiento es la acumulación, amoral y sin medida. 

La depredación social como producto de un antropocentrismo malentendido, se evidencia en una desigualdad cada vez más lacerante, amén de la destrucción del tejido social a través de la violencia, pérdida de valores, injusticia, inequidad. 

La OXFAM (Oxford Commitee for Famine Relief) en un informe del 2019, revela que los 62 más ricos del planeta, acumularon la mitad de la riqueza del orbe y que éstos 62, han incrementado sus ganancias desde el 2010 al 2019 en un 44%, en detrimento del resto de la población que perdió en ese mismo periodo el 41%. Así de escandalosa es la acumulación bajo la lógica del capitalismo con el pretexto de un pensamiento antropocéntrico que se expresa en la depredación del hombre por el hombre. 

En lo ambiental, la sociedad consumista que da soporte al Neoliberalismo demanda cada vez más recursos de la Naturaleza, al grado tal, que el planeta ha llegado a su límite de sostenibilidad.  La naturaleza no puede soportar la demanda creciente de la sociedad consumista.

Estimamos que se ha hecho una mala interpretación del concepto antropocéntrico. Atendiendo a la teoría Darwiniana, todas las especies tienen un mismo origen y el hombre, es una especie más que habita el planeta.  Cuando Darwin expuso su teoría, le hacía falta un soporte teórico que sustentara su tesis. Este soporte lo vino a dar la genética, cuyas bases propuso Gregorio Mendel, quien fue contemporáneo de Darwin.

Ahora sabemos que el hombre, en su connotación de especie, comparte la misma naturaleza genética con cualquier otro organismo vivo, animal o vegetal. Lo único que nos diferencia de ser un ratón o un árbol, es la cantidad, la disposición y la frecuencia del material genético, el ADN, común a todos los vivientes. 

El hombre comparte el mismo material, el mismo código genético con el resto de los seres vivientes. Así, por ejemplo, se sabe que compartimos el 99 por ciento de nuestros genes con las ratas. Todos los vivientes tenemos el mismo material original. Un origen común nos hermana con los demás animales y también con las plantas

El concepto que tengamos de “hombre” es fundamental en la forma de relacionarnos con los otros hombres y con la naturaleza. El concepto “hombre especie”, que se sustenta en la teoría Darwinista, sería una mejor manera de interpretar el antropocentrismo, toda vez que poseemos el mismo origen y naturaleza que el resto de los vivientes.

Este concepto de “hombre especie”, lo contemplaba ya desde el siglo XIII el hombre de Asís, asumiendo como “semejantes”, a los humanos, pero también al “hermano lobo”, el “hermano bosque”, los “hermanos ríos” …es decir, todos los entes vivientes y aun los no vivientes de la naturaleza.

Los antiguos mexicanos tenían un concepto más elaborado del concepto “hombre”. Los tlamatinine, sus filósofos, tenían un concepto más acabado, el de “hombre cosmos”, en el cual, los semejantes son los humanos, pero también los animales, las plantas y también los astros, el sol, la luna, las estrellas. Para nuestros ancestros, nuestro origen común está en el cosmos. 

Es impostergable repensar el concepto antropocéntrico bajo la lógica de nuestros ancestros, así como la del “hombre de Asís” y la del darwinismo que se sintetizan en el concepto de “hombre especie”,bajo cuya lógica compartimos en armonía nuestra casa común, el planeta tierra con el resto de la naturaleza.

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