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La Inteligencia Artificial (IA) está marcando el inicio de una nueva era en el ámbito laboral, prometiendo transformaciones profundas que afectarán todos los sectores de la economía global. En el caso de México, un país con una economía emergente caracterizada por su diversidad industrial, la llegada de la IA presenta tanto oportunidades como desafíos significativos. Este artículo busca explorar el impacto potencial de la IA en el empleo en México en los próximos años, utilizando ejemplos para ilustrar tanto las preocupaciones como las posibilidades que emergen de esta revolución tecnológica.

En primer lugar, la automatización impulsada por la IA tiene el potencial de mejorar la eficiencia y productividad en sectores clave de la economía mexicana, como la manufactura, la agricultura y los servicios. Por ejemplo, en la industria manufacturera, la implementación de robots inteligentes puede aumentar la producción y la precisión en las líneas de ensamblaje, reduciendo al mismo tiempo los costos laborales y los errores humanos. Esto podría ayudar a México a fortalecer su posición como un centro de manufactura competitivo a nivel internacional, especialmente en la producción de automóviles y electrónicos, donde ya es un actor relevante.

Sin embargo, la transición hacia una mayor automatización también plantea riesgos significativos de desplazamiento laboral, especialmente para los trabajos que son rutinarios y predecibles. Por ejemplo, los trabajadores de la industria manufacturera, que constituyen una parte importante de la fuerza laboral en México, podrían enfrentarse a una reducción de empleos a medida que las máquinas asuman tareas anteriormente realizadas por humanos. Este desplazamiento no solo afectaría a los trabajadores de baja cualificación, sino también a aquellos en posiciones de nivel medio que supervisan y mantienen la maquinaria.

No obstante, la IA también puede ser una fuente de creación de empleo, al dar lugar a nuevos trabajos que requieren habilidades complementarias para diseñar, implementar y supervisar tecnologías inteligentes. En el sector de servicios, por ejemplo, la IA puede mejorar la personalización y eficiencia de servicios como la banca, el comercio y el turismo, generando demanda por profesionales en áreas de análisis de datos, desarrollo de software y experiencia del cliente. Asimismo, el crecimiento del sector tecnológico en ciudades como Guadalajara, conocida como el Silicon Valley de México, ilustra cómo la IA puede fomentar ecosistemas de innovación que atraigan inversión y creen empleos de alta cualificación.

Para maximizar los beneficios de la IA y mitigar sus riesgos, es fundamental que México invierta en la capacitación y educación de su fuerza laboral. La adaptación al cambio tecnológico requerirá no solo habilidades técnicas relacionadas con la IA y la robótica, sino también habilidades blandas como la creatividad, el pensamiento crítico y la adaptabilidad. El desarrollo de programas de formación y reconversión profesional, en colaboración con universidades, empresas tecnológicas y organismos internacionales, será clave para preparar a los trabajadores para el futuro del trabajo.

La inteligencia artificial promete ser un motor de cambio significativo en el mercado laboral de México en los próximos años. Aunque la automatización presenta desafíos en términos de desplazamiento laboral, también ofrece oportunidades para la creación de empleo en nuevos sectores y la mejora de la productividad en industrias existentes. La clave para navegar este cambio será la capacidad del país para adaptarse, invirtiendo en la educación y capacitación de su población para aprovechar las oportunidades que la IA ofrece. En última instancia, el impacto de la IA en el empleo dependerá de las políticas y estrategias que México implemente hoy para prepararse para el mañana.

*Profesor de Tiempo Completo de El Colegio de Morelos.

Fuente: elaboración con Inteligencia Artificial.