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Internet y disponibilidad tecnológica

Antulio Sánchez*

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) se ha vuelto una referencia obligada para todos aquellos interesados en los derroteros de las nuevas tecnologías. En la edición más reciente, que es resultado de los trabajos conjuntos entre el IFT y el INEGI, se da cuenta de la situación de la conectividad en México en 2022 y recopila muchos datos sobre el uso de internet, el equipamiento de dispositivos electrónicos en los hogares mexicanos o las formas en que se consume y usan dichas tecnologías.

Al concluir 2022 se alcanzaron 93,1 millones de mexicanos conectados a internet, equivalente al 78,6% de las personas mayores de seis años, un incremento de 4,5% de usuarios respecto al año 2021. A lo largo de los cuatro años de la administración federal, se pasó de 74.3 millones de usuarios (2018), que representaban el 65.8% de la población, a los 93.1 millones, un poco más de 18 millones de nuevos usuarios, los cuales no han sido resultado de los esfuerzos y políticas erráticas del gobierno en turno, sino del mismo IFT, las empresas operadoras móviles y fijas, que ofrecieron mejores coberturas resultado de una mayor inversión.

Es cierto que todavía prevalecen brechas, ya que un poco más del 21% de la población aún está ausente de ese nuevo continente comunicativo que ha abierto internet, asimismo falta estrechar la disparidad que se presenta entre los ámbitos urbano, en donde el 83.8% de la población de 6 años o más usa internet, y el rural, en donde sólo 62.3% de la población es usuaria de esta herramienta, y que no disminuirá de forma significativa al concluir el actual sexenio en curso en vista de las nulas políticas existentes al respecto.

Un dato que no es bueno es que disminuya el uso de los equipos de cómputo, ya que en 2022, solo el 37.0% de las personas de 6 años o más utilizó computadora, 5.4% menos que en 2019. Se hubiera esperado que derivado de la pandemia el panorama fuera lo contrario. Ahora bien, el porcentaje de usuarios que utilizaron computadoras desde el hogar fue de 78.3%, y en el trabajo de 43.6%. Si se compara con 2019, se registró un aumento de 7.9% de uso de tales equipos en el hogar y de 4.7%, en el trabajo, pero en términos globales hay menos equipo de cómputo, lo que tiene al final efectos en la calidad de los usos de las nuevas tecnologías, por la diversidad de posibilidades que ofrecen las computadoras personales respecto a los dispositivos móviles.

En lo referente a las conexiones desde el ámbito estatal, tenemos la fotografía clara de las disparidades del país por regiones, ya que el liderazgo en conectividad lo tienen Baja California (89.8% de la población conectada), Ciudad de México (89.7%), Aguascalientes (86.9%), Nuevo León (86.1%) y Sonora (85.9%), con niveles de acceso que superan el promedio nacional que es de 75.6%. Pero el lado opuesto se encuentra en Chiapas (56.7%), Oaxaca (62.5%), Guerrero (67.5%) y Michoacán (67.9%) registran un rezago persistente en conectividad, alcanzan el 63.6%, 12 puntos menos del promedio. En el caso de Morelos la conexión alcanza el 78.3%, que está arriba del promedio nacional.

En lo tocante a usuarios por grupos de edad, destaca que el segmento de edad que prácticamente alcanza casi el 100% de conexión son las personas entre 18–24 años, los denominado centenials, que cubren el 96.1% del total de ese grupo; mientras que los menos conectados están de los 55 años en adelante, que alcanzan el 47.6%, muy abajo del promedio nacional.

Hay muchos datos relevantes, desde los usos de internet hasta el intenso uso que han adquirido los smartphones, una herramienta que lo mismo sirve para comunicarse, entretenerse, comprar productos en línea o ser un canal de entretenimiento, pero lo que llama la atención es que en telefonía celular cada vez hay menos gente que tiene un plan de renta, a pesar de que los mismos han descendido; la caída en el porcentaje de usuarios de pospago, pasó de 17.5 por ciento en 2019 a 15.3 por ciento en 2022, mientras en el prepago pasó de 79.5 a 82.1 por ciento, respectivamente.

Tampoco deja de llama la atención que 34.1 millones de hogares cuenten con al menos un televisor, equivalente al 90.7% del total de hogares; de 2021 a 2022 se contabilizaban un poco más de 33.4 millones de hogares con televisor. Esto nos remite a 1994 cuando George Gilder publicó Life After Television, en donde refirió que la computación en realidad no venía a sustituir a la televisión, sino a destruirla. Para él la televisión tenía el pecado de ser un medio de comunicación unidireccional, lejos de la interactividad y personalización que ofrecía la computación en conjunción con internet, que de paso eran la fórmula idónea para revertir la idiotez masiva de la era de la televisión y apuntar hacia el individualismo informado y creativo.

En este nuevo ecosistema mediático la gente lo mismo salta del celular a la televisión smart para ver un partido de futbol que entretenerse en una telenovela, sin dejar de postear en su dispositivo móvil o incluso hacer una compra en línea. Así que la ENDUTIH nos recuerda que preludios y vaticinios deben siempre chocar o enfrentarse a las dinámicas y prácticas culturales para demostrar su valía, ya que por lo visto los humanos conjuntamos sin rubor algunos viejos y nuevos medios y los armonizamos o ensamblamos según nuestras necesidades y humores.

@tulios41

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