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Consumo televisivo y anacronismo

 

Los consumidores de medios no son estáticos, siempre apuntan a incorporar en su dieta las nuevas propuestas que vienen de la mano de tecnologías innovadoras, pero un segmento destacado se resiste a abandonar los viejos medios. El consumo de medios tradicionales, como la radio y la televisión, ha disminuido en los últimos años pero no en la magnitud que se preludiaba hace algunos años, y no hay visos de que pronto serán eliminados de forma definitiva de las preferencias de los consumidores.

En la Primera Encuesta 2023, Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), se ofrece un panorama de los consumos en materia de medios. Entre los hallazgos principales tenemos que más del 90% de los hogares mexicanos cuenta con conexión a internet. Asimismo, más del 80% de los hogares con acceso a internet tiene acceso a internet fijo. En lo que toca a popularidad son las redes sociales las que se usan más, con un 80% de usuarios. Le siguen el consumo de videos en línea, con un 70% de usuarios, y el consumo de noticias en línea, con un 60% de usuarios.

El consumo de medios tradicionales, como la radio y la televisión, ha perdido fuelle, ha disminuido en los últimos años. El 55% de los usuarios de internet todavía consume las ondas hertzianas, escucha radio; es un consumo que disminuye pero que todavía conserva interés para la mayoría de los usuarios de internet. El visionado de televisión ha disminuido también, pero no ha terminado por desaparecer el interés por dicho hábito.

Lo interesante es que la televisión abierta sigue siendo un medio que goza de interés no solo para los consumidores sino para quienes quieren promocionar sus productos. Incluso la televisión abierta tiene mayor penetración, como dice CIU, que internet. La televisión no ha dejado de tener presencia en el imaginario colectivo en el país, es una interfaz de entretenimiento, pero también de información, para muchas personas que radican en zonas rurales; en dichas regiones es junto con la radio los dos canales informativos por excelencia.

Pero la televisión abierta tiene una presencia destacada por estar enraizada en la vida diaria de la mayoría de los mexicanos. Pero no solo se debe a eso, sino también a que eso va en consonancia con una infraestructura de radiodifusión desplegada y consolidada en el territorio nacional a lo largo de varias décadas, lo que se traduce en que cubra lo mismo las zonas urbanas que las rurales.

Las brechas en el consumo son algo real en nuestro país, tenemos dos tipos de México en materia de consumo de contenidos audiovisuales, ya que los conectados están en otro plano en materia de consumo pero para el segmento poblacional rural la televisión satisface muchas de sus necesidades, fundamentalmente las que tienen que ver con las noticias y, también, el entretenimiento.

En las zonas rurales del país, son «desconocidas» las llamadas OTT (over-the-top) que cubren un abanico de plataformas y aplicaciones, que ofrecen contenido de video a través de internet en lugar de televisión por cable o satélite. Gracias a los servicios de streaming de dichas plataformas, pueden transmitir instantáneamente videos en dispositivos móviles (smartphones y tabletas), en la web y en televisores inteligentes o bien vía dispositivos como Chromecast, AppleTV y Amazon Fire TV. Para ese sector de la población, las propuestas de entretenimiento como YouTube Netflix, Amazon Prime Video o Disney+, por ejemplo, está vinculadas directamente al acceso a Internet y a una capacidad de consumo para contratar tanto la conexión a la red como la plataforma que sea de interés. Esto es lo que tiende a reforzar la presencia de la televisión en los hogares rurales.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (2022) del IFT, se ve claramente el 77% de la población (83.3 millones de mexicanos) de 7 años en adelante siguen viendo televisión abierta. Esto es indicativo de que las plataformas y los servicios OTT pueden ser los mecanismos de entretenimiento de punta en la actualidad, pero la televisión convencional sigue siendo parte esencial en la vida de la mayoría de los mexicanos.

Como refiere CIU, gracias a esa penetración que tiene la televisión abierta es que la misma se ha vuelto, o mejor dicho sigue siendo, la opción preferida para la publicidad. Una de las razones clave detrás de esta preferencia es que la televisión abierta alcanza a un vasto público comparada con las plataformas de video por internet, que no tienen ese presencia y alcance. Pero las cadenas de televisión segmentan la publicidad de manera que por un lado difunden contenidos publicitarios de alcance nacional, pero también permite la inserción y combinación de publicidad local para las audiencias locales, lo que las plataformas de video online aún no pueden igualar.

Pero esta situación tenderá a cambiar conforme el tiempo transcurra y la oferta de conexión alcance a las zonas rurales del país. Pero eso plantea otros retos. Como refiere Ernesto Piedras: “Conforme avanza la adopción de la conectividad y la preferencia por las plataformas en línea en nuestro país, es menester contar con una medición robusta, transparente y veraz del alcance, ecosistema competitivo y hábitos de consumo de las audiencias en medios digitales”.

Si volteo a ver el pasado, veo que la televisión era una dimensión que desembocaba en momentos de paz y tranquilidad, constituía un espacio temporal para desprenderse de las preocupaciones diarias y dejarse llevar por la magia de la televisión. Por eso, todavía en las zonas rurales de nuestro país no es descabellado que al calor de la noche se pueda ver en las salas de los hogares, la televisión encendida, que proyecta sus imágenes a una familia reunida, que los transporta con sus contradictorios contenidos y su escasa diversidad a atmósferas etéreas, pero que todavía les genera la ilusión de conectarlos con el hilo invisible de la historia que desfila ante sus ojos.

Pero la televisión tiene cierto sabor anacrónico, no importa si para varios sigue siendo un elemento importante en su vida. Y es algo anticuado porque las cosas han cambiado, la misma televisión conduce a esas audiencias a decirles que la misma ya ha dejado de ser el único medio de entretenimiento, que convive con internet, las redes sociales y los dispositivos móviles que también han irrumpido en la vida diaria de esas personas, ofreciendo nuevas formas de ver y consumir contenido.

tulios41@yahoo.com.mx