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Assange y WikiLeaks

 

Desde el pasado 25 de junio Julian Assange fue liberado en Londres. Después de más de 12 años de permanecer recluido, primero en la embajada de Ecuador y posteriormente en una prisión de Inglaterra. Por fin culminó su largo proceso de encierro que para muchos fue injusto y para otros era una sanción merecida. Su liberación llega después de un prolongado período de negociaciones con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que condujo a un acuerdo que lo ha llevado a regresar a su natal Australia.

Assange tuvo un talento precoz por la computación que se evidenció cuando a temprana edad mostró sus habilidades para programar, para franquear candados, siendo un posadolescente, a los 16 años, ya era un hacker que con el automote de Mendax gozaba de un notorio reconocimiento en los bajos fondos de internet.

En 2006, Assange fundó WikiLeaks, una plataforma digital con el objetivo de exponer información confidencial de gobiernos, corporaciones y organizaciones poderosas. El interés fundamental fue promover la transparencia y la rendición de cuentas, desafiar el secretismo y la corrupción que encarnan las instituciones de poder. Si bien su labor fue difundida como una actividad periodística, en realidad WikiLeaks se define ante todo como una organización civil que milita en favor de la transparencia, incluso en alguna medida su actuar se asemeja a la puesta en marcha por la desparecida Indymedia.org con su periodismo ciudadano-militante.

Los grandes hitos de WikiLeaks se dieron cuando filtraron millones de documentos clasificados que revelaron desde crímenes de guerra en Irak y Afganistán hasta escándalos de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. A partir de ese momento Assange fue declarado por Estados Unidos enemigo público. En 2010 empezó el viacrucis de Assange, cuando Suecia emitió una orden de arresto en su contra por presuntos delitos sexuales, para evitar su extradición a Suecia, Assange buscó asilo político en la embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció recluido durante siete años. Pero en 2019, bajo el mandato de Lenin Moreno en Ecuador, fue expulsado de la embajada y fue capturado por las autoridades británicas y puesto en prisión preventiva y ahí estuvo hasta ahora que Estados Unidos ya desistió de extraditarlo.

WikiLeaks no fue la iniciadora de la filtraciones, pero sí la que demostró que en la era digital era muy fácil hacerlo. A partir de WikiLeaks surgieron sitios que caminaron en la misma dirección como: Distributed Denial of Secrets (ddosecrets.com/wiki/), The Intercept (theintercept.com/), Cryptome (cryptome.org), PubLeaks (publeaks.nl/nieuwe-melding/), Project Veritas (www.projectveritas.com/).

La digitalización de la información ha facilitado el acceso y difusión de datos y, por tanto, de compartirlos fácilmente. Detrás de las filtraciones hay motivaciones personales: quienes las realizan lo hacen lo mismo por un deseo de justicia social, búsqueda de reconocimiento o incluso obtención de beneficios económicos o políticos. En otros casos, la filtración es un acto de venganza, pero también una manera de informar sobre anomalías o cuestiones que los empleados manifiestan su desacuerdo con políticas o acciones de corrupción de una organización pública o privada.

Ese mecanismo también lo hemos tenido en nuestro país en este sexenio, cuando se ha filtrado información desde la presidencia de la república y que fue a dar a Latinus y llevaron a las indagaciones y reportajes sobre la denominada Casa Gris que involucró al hijo de López Obrador, José Ramón López Beltrán, o las 40 horas de conversaciones que ha sostenido Amílcar Olán con funcionarios de la 4T e involucran a hijos y funcionarios de López Obrador con supuestos actos de corrupción.

Pero regresando a Assange, él fue contradictorio. Luchaba por la libre circulación de la información pero se calló la boca ante las posturas de censura que Correa mantenía en Ecuador sobre internet. La paradoja es que era un cruzado en favor de la transparencia, pero no era consecuente en su organización con eso. En la vida diaria de WikiLeaks se torcían esos ideales o caían en imposturas: los métodos de trabajo se desenvolvían en el desaseo, afloraban los rasgos megalomaniacos y sentido de persecuta que no compartía con los colaboradores del proyecto la situación de la organización, tal como lo refiere Daniel Domscheit-Berg (Dentro de WikiLeaks), ex-portavoz de WikiLeaks y otrora principal colaborador de Julian Assange.

Nos gusta crear héroes, pero también nos gusta elevarlos al firmamento cuando consideramos que están a la altura de algún ideal inalcanzable. Sería mejor si Assange fuera el nombre en clave de una poderosa inteligencia artificial —que nos han remitido desde el futuro mentes brillantes que radican en planetas en donde reinan humanos impolutos— para ofrecernos la luz de la libertad. Pero no es así, es un ser humano imperfecto como todos nosotros.

Andrew O´Hagan (La vida secreta) que conoció a Assange y mantuvo una comunicación por largo tiempo con él, señala «Puede que Julian no sea un Daniel Ellsberg o un John Wilkes, sino un Charles Foster Kane, soez y monstruoso en la búsqueda de la verdad que le interesa, un hombre que no se mueve a la postre por principios elevados, sino por una profunda herida emocional».

Cajón digital: La futura presidenta ha señalado que durante su gestión una de las columnas vertebrales de su administración será la puesta en marcha de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), que liderará José Merino. La ATDT tendrá la responsabilidad de transformar digitalmente el gobierno, partiendo de la experiencia de lo aplicado en la Ciudad de México con lo cual se quiere lograr un 50% menos de trámites, 50% menos de tiempo en los mismos, 50% menos de requisitos y lograr el 80% de procedimientos digitalizados. La idea es que todo esto no solo pueda favorecer la apertura de negocios y potenciar la economía del país, sino también hacer más transparente todos estos procesos (aunque poco servirá si se sigue, como es el caso en este momento, con adjudicaciones directas).

Tres cuestiones a tomar en consideración sobre la ATDT: primero, el país es muy desigual, no todas las entidades cuentan con la infraestructura que posee la Ciudad de México. Segundo, para su implementación no se está contemplando presupuestos para apuntalar las zonas en donde la infraestructura está lejos de la de Ciudad de México, lo que de entrada no augura nada bueno; como está demostrado apuntalar sistemas digitales y procesos de digitalización requieren de fuerte inversión, no de buenas intenciones. Tercero, también se refiere que el ATDT se encargará de la cobertura social del espectro radioeléctrico, lo que implica chocar con las labores que ya tiene el IFT, lo que advierte de que sí se está pensado acabar con este último organismo. Por último esperemos que Merino no termine haciendo de las suyas desde el ATDT, como las que lo llevaron a ser famoso en las redes sociales por ser uno de los promotores directos de la ivermectina para combatir la Covid.

@tulios41