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El control ideológico es postulado por Pedro Baños Bajo, la creación del enemigo, es uno de los preceptos en donde el autor indaga sobre sus repercusiones y los usos motivacionales que puede provocar esta estrategia. Pedro Baños habla sobre la creación del enemigo como una fuerza que genera cohesión dentro de los grupos humanos y esto surge de “la necesidad de tener un adversario”, los objetivos de esta estrategia son múltiples: dirigir los esfuerzos y ambiciones de dicha comunidad, distraer a la sociedad de los problemas internos del país, mantener al pueblo unido frente a un enemigo del cual “se espera un ataque en cualquier momento”, sirve para controlar aliados, procurar su expansión, fomentar la industria militar, mejorar sus ejércitos y servicios de inteligencia. Incluso se usa para conservar un enemigo que ya existía (Baños Bajo, 2017, pp. 221-222).

Desde los primeros avances electorales de Donald Trump en el partido republicano, México se ha presentado como una carta redituable de electores. Esto se debe a su abierto rechazo a la nación del sur, a pesar de que en los años 90ª México apostó por la integración económica con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). Uno de los enunciados más famosos de Donald Trump fue el de “construir un muro en el sur de la frontera de Estados Unidos y que México debía pagarlo” (Ruíz Sandoval, 2019, p. 3).

En la contemporaneidad, caravanas migrantes provenientes de Centroamérica se hicieron presentes desde octubre del 2018, siendo que el propósito de la mayoría era pasar por México para finalmente arribar a Estados Unidos. Estas aumentaron las tensiones entre los países receptores de migrantes. A pesar de que la caravana migrante ya no está conformada por mexicanos existe un creciente ímpetu por criminalizar al migrante y de denominarlo mexicano por su origen latino.

La situación al respecto ha tomado repercusiones sociales dentro de la misma ciudadanía pues las declaraciones de Donald Trump se encuentran cargadas de odio y xenofobia, incluso la matanza de personas el sábado 3 de agosto del 2019 en El Paso son ejemplo de ello, el agresor tomó la vida de 22 víctimas de las cuales 8 eran ciudadanos mexicanos y dejó un “manifiesto antiinmigrante” que hacía referencia a “la invasión hispana en Texas”(Malkin y Ahmed, 2019). “De hecho, tras la matanza, varios candidatos demócratas han acusado al presidente estadounidense de alimentar el odio racista” (Malkin y Ahmed, 2019).

Este tipo de acciones también han llegado a instancias jurídicas: “La Cámara de Representantes del Congreso federal dominada en representación por los republicanos, aprobó un proyecto de ley que autoriza la penalización judicial criminal para con los inmigrantes indocumentados” (Esquivel, 2017). En caso de que dicho acuerdo llegue a ser una realidad se aprobaría la cárcel hasta 25 años para personas que reincidan al cruzar sin papeles en la frontera de Estados Unidos.

Es posible observar características que se le atribuyen al migrante en el vaivén de la creación del enemigo común, en donde el migrante es el otro, el ser ajeno que sufre múltiples vulnerabilidades y que funge como un agente enemigo para la cohesión interna de los Estados Unidos. Aunque el papel de los migrantes sea documentado como esencial para la economía de Estados Unidos e incluso agravioso para los propios migrantes siguen pretendiendo demonizar al migrante. El migrante sufre sobre todo en Estados Unidos un empleo clandestino e indocumentado y ocupa puestos laborales inestables, precarios e inseguros en donde vive en condiciones de pobreza, hacinamiento y exclusión social (Márquez Covarrubias, 2017, p. 264). La intencionalidad discursiva de Donald Trump es seguir usando a México como “pegamento social” y “piñata electoral” para buscar potenciar sus ventajas en las elecciones de 2020 y como afirma Pedro Baños:

“La creación del enemigo, lo mismo que hacer creer a la gente en la existencia, actual o previsible a corto plazo, de un conflicto con otra sociedad, ideología o Estado, no deja de ser una forma de control social, pues con ello los dirigentes consiguen disponer de una potentísima fuerza cohesionadora, quizá la más intensa de todas” (Baños Bajo, 2017, pp. 228-229).

Incluso existe una tendencia en olvidar el dolor del otro, las múltiples vulnerabilidades del migrante se ven incrementadas gracias a la enunciación de un ser casi diabólico, el migrante que de acuerdo con el discurso de Donald Trump: “está trayendo drogas a Estados Unidos, lleva crimen y que son violadores”

“El modo más frecuente de conseguir la movilización de los ciudadanos es mediante la demonización del enemigo, al que se desfigura por completo, llegando incluso a no considerarlo siquiera un ser humano con el objetivo de que sea combatido con la mayor fiereza” (Baños Bajo, 2017, pp. 221-222).

En conclusión, el migrante ha sido postulado como como enemigo y objeto de cohesión para los Estados Unidos, que también han desembocado en dinámicas socioculturales racistas, xenófobas y de odio. Pero que fungen como discursos cohesionadores de un amplio sector en Estados Unidos, que están de acuerdo con sus postulados y que están dispuestos a actuar, como ya se vio en el ejemplo, “por su propia mano”. También se han dirigido esfuerzos y ambiciones en el sector judicial y legislativo. Además, se suma una ignorancia del dolor, los padecimientos y la vulnerabilidad de los migrantes, a cambio se promueve una imagen de un migrante demonizado.

*Milpaltense (momoxca), internacionalista, escritor y migrantólogo.