loader image

Andrés Uribe Carvajal 

Entonces no nos importaba lo que pensaba nadie, para las nenas eso era irresistible, pero más que nada recuerdo la música. Esas son las palabras de Homero Simpson en el episodio 24 temporada 7, de la serie Los Simpsons titulado: Homerpalooza

La trama del episodio, gira en torno a la incapacidad de Homero para entender y adaptarse al gusto musical moderno de sus hijos; Bart y Lisa, que en ese entonces (estamos hablando de la época de los 90’s) se lideraba por bandas como Sonic Youth o Radiohead. Con el afán de demostrar que aún sigue “a la moda”. Otra de las escenas míticas de este episodio es cuando Homero en su juventud está con Barney alistándose frente a un espejo para salir a “rockear” y el abuelo Abe interrumpe en el cuarto, preguntándoles qué diablos están haciendo. A lo que Homero contesta: no lo entiendes papá, ya no estás en onda. Y a continuación viene una de las frases más reveladoras y cínicas no sólo de la serie, de la vida en sí y de lo que conlleva volverse viejo, Abe declara:

“Yo sí estaba en onda, pero luego cambiaron la onda y ahora la onda que traigo, no es onda. Y la onda de onda, me parece muy mala onda, y te va a pasar a ti”. Lo hace apuntando con el dedo índice a Homero, como una condena que no sólo él, sino todos habremos de cargar, tarde que temprano. 

Estoy seguro que más de una vez has escuchado decir a alguien “lo de hoy ya no es música, no es cómo en mi época que…” y en ese momento te diría busca refugio, o encontrar una guarida donde los prejuicios embotados en esa frase no lleguen a convencerte de que una “época” o “género musical” es mejor que otro. No hay nada más falso y peligroso que eso. 

Es verdad que con el paso de los años uno va anquilosándose un poco, tanto físicamente, como culturalmente, y con esto me refiero a que hay todo un contexto del que ya no eres parte, y requiere de un esfuerzo mayor poder entrar en él, si tienes más de 30 años, como yo, seguro algo de esto te resuena, (sí, te estoy hablando a ti chavo ruco.. o ruco-morro, como quieras verlo), ya no es lo mismo, seguramente como diría el abuelo Abe, te va a pasar a ti, sino es que ya te está pasando. 

Y lo que sucede es esto, cuando tienes entre 15 y 23 años, están dentro de “la onda” que tiene que ver con que el contexto y las personas que te rodean en su mayoría están al tanto de los movimientos musicales, los nuevos artistas o lanzamientos, platicabas del tema con ellos, y en mayor o menor parte tu gusto formaba tu identidad, y los valores que defendías. Yo lo recuerdo con mucha agudeza, cuando estaba en la preparatoria había ciertos géneros musicales que reinaban en la esfera popular, estaba el rock más tirado a lo emo, bandas como My Chemical Romance, o Fall Out Boy, y por otro lado el inicio del Hip-hop con Eminem y 50 cent o el reguetón que daba sus primeras patadas con Nigga y Daddy Yankee, mientras Maná seguía aferrándose a llegar a lo diez más pedidos. Uy, todo esto suena tan viejo ya, viejo como MTV, imagínate. 

No quiero aburrirte con mis memorias, lo que quiero decirte es que esa música coincidía con una época en tu vida, con la que experimentabas la vida por primera vez con mucha intensidad, estabas en ese dulce limbo entre ser estudiante, adolescente y adulto, y todo lo que sucedía parecía chispar vida, o ser la antesala de nuevas experiencias, y un futuro promisorio. Fiestas, conciertos, reuniones, amigos, tu primer beso, tu primera borrachera, tu primer desamor etc. Todo esa intensidad de vivir con el tiempo se va atenuando, y experimentas las cosas de manera diferente. Piensa que mientras vivías por primera vez con esa fuerza y energía había una canción sonando, por lo tanto esa música va a estar ligada a la misma frescura y juventud, que en su mayoría se vive con bonanza. Y lo que pasa es que tendemos a recordar eso con cierta nostalgia, y cariño, lo cual hace que nos aferremos más a esos momentos, a esa música. 

Yo me aferré dulcemente a Blink 182, y recuerdo vivir con vértigo esa etapa, ser libre, rebelde, fresco. Atesoré en mi corazón canciones como “Stay together for the kids o The Rock Show”, y justamente porque estaban ligadas a la energía y el hechizo de esa época, a mis amigos, o al departamento en el que ensayaba y tocaba por primera vez una guitarra eléctrica. Es así. Hoy en día escucho esas canciones y me siguen gustando, pero no hay un contexto más allá fuera de los festivales llenos de chavo rucos, en donde podamos sentir un resabio de eso que un día fue nuestra juventud, y aunque queramos aferrarnos a eso, hay que decirlo, nuestros filtros y manera de ver la vida cambian. 

Recuerdas esa frase, de “lo de hoy ya no es música, no es cómo en mi época”… quizá sólo ya no estás en onda viejo, y habría que decirlo, la Rosalía y su música ya no forman parte de tu secundaría, o preparatoria, porque ya no estás ahí, ya no te enteras de tal o tal cosa por tus amigos, la mayoría están muy ocupados con otras cosas, y su contexto no se acerca a eso. Actualizarte te digo, requiere un esfuerzo mayor, y aunque como yo lo hagas y aprecies por ejemplo la producción de ciertas canciones, el uso de instrumentos, la voz etc. Las posibilidades de que tu experiencia de vida sean ligadas a esa música son menores. 

No pasa nada, así es la vida, sólo habría que tener cuidado con la gente que hace ese tipo de aseveraciones tipo “esto no es música” sin antes mirarse en el espejo. Y si por ahí hay alguien leyendo esto en la edad de onda (15-23 años) déjame decirte algo con total cariño, también te va a pasar a ti.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *