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CHISME

 

Hélène BLOCQUAUX*

 

Milo el gato dormilón por afición de Juliana se estaba lamiendo por aburrición extrema. Ninguna de las humanas congregadas en el comedor para almorzar sedignaba en percatarse de su imponente presencia felina. Juliana y Amaranta, amigas de la infancia escolarse juntaban todos los martes en casa de quien decidía preparar el desayuno. 

Los comentarios estrepitosos mucho más a siniestra que a diestra, iban rebotando como bola de pimpón en la mesa a un lado de la fuente artificial del departamento. Hablar mal de la gente que no conocían era su máximo entretenimiento y por eso acostumbraban preparar platillos fríos. Milo, al acecho,vigilaba los migajones o comida que podían caer inadvertidamente. No era ningún secreto para Amaranta que Juliana sospechaba de la fidelidad de Néstor su esposo, así que se atrevió a servir el tema en la mesa. “¿Amiga, no te sientes incomoda con eso de ya no puedes confiar en Néstor?”. Juliana, concentrada en que no se rompiera su tostada muy bien servida, no contestó. En sus adentros quería mantener sus emociones en modo calma absoluta, aunque en el fondo sabía que la intención disfrazada de ingenuidad de su amiga era desestabilizarla. “¿Podemos seguir hablando de la letra de la canción de Shakira? A mí me parece una buena idea usar su arte de compositora e interprete para desquitarse del futbolero de su ex esposo”. 

El desayuno siguió en modo especulativo sobre la farándula, mientras Milo terminaba apaciguado después de haber degustado varios pedazos de pollodesmenuzado –Amaranta simulaba a veces querer ser vegetariana – que la humana le había estado entregándoselos por debajo de la mesa. En punto de las 2 pm, las amigas recogieron la mesa para ir por sus respectivos retoños en el mismo taxi. 

Abordando el vehículo, Juliana le gritó de pronto al chofer: “siga el coche verde de adelante”. Emocionado, el hombre le preguntó sin quitar la vista del volante: “¿cómo en las películas de acción, entonces lo rebaso antes del semáforo y el corto el paso?” Amaranta abrochó rápidamente su cinturón haciendo mueca de quien siente miedo y busca no denotarlo. El taxi cumplió su misión. Las dos mujeres bajaron. Néstor y su acompañante salieron del coche verde. Juliana disparó su celular en modo ráfaga para capturar las imágenes de los ahora fugitivos: “van a ser famosos en el mundo. Tengo 5000 seguidores en mi red social. De eso me encargo”, vociferó Juliana, empoderada, reconociendo que su venganza iba a tener un sabor incomparable.

“Y tú…” volteando a ver a Amaranta “ya no vas a poder a poder chismear porqué iré sola a desayunar. 

A lo lejos, se escuchó el maullido largo característico de Milo quien había escapado por la ventana para no perderse tan inaudito suceso. 

 

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

 

*Escritora, guionista y académica de la UAEM 

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