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PERFIL

 

La última actualización del perfil de Inés sucedió por la tarde del 31, día de Halloween. La joven colocó una foto con un maquillaje artístico de Catrina y un peinado con el pelo recogido y sostenido por una corona de flores de cempasúchil. El encuadre permite apreciar parte del atuendo de encaje negro que lució esa tarde previa al festejo organizado por su círculo cercano de amigas.

Lucero, su madre, revisó todas las fotos de su hija, contactó a todas sus amistades virtuales para indagar el lugar de la fiesta pidiendo compartieran fotos que permitieran ubicar a su hija de la cual no tenía noticias desde entonces. Pese a que Inés vivía en su propio departamento desde que había conseguido un empleo como gerente de tienda, Lucero acostumbraba llamarla a diario para cerciorarse de su bienestar. Descargando la foto del perfil de Inés para ampliarla, la madre se percató de una pulsera brillante con colgantes en su muñeca derecha que desentonaba con el disfraz. La presencia del signo religioso no correspondía con las convicciones de su hija. Lucero dejó sus lentes de aumento en el escritorio, secó con su manga las gotas de sudor que corrían por su frente. Repitió en sus adentros un dicho como mantra para espantar los malos pensamientos que la estaban invadiendo: no noticias son buenas noticias. Se preparó un té de manzanilla con miel y sustituyó el silencio de su casa por música alegre.

El día siguiente empezó a semejanza del anterior: con todas las expectativas puestas en enterarse del paradero de Inés. Regresando de su jornada laboral, afortunadamente cargada de tareas diversas y a veces divertidas, Lucero emprendió el camino de regreso, a pie, para comprar unos esquites junto al puesto de periódico de la fuente. Se detuvo a leer los encabezados sin mucha atención. De pronto su mirada quedó congelada sobre la foto de portada del diario especializado en morbo. De la bolsa negra cuyo contenido no dejaba la menor duda, salía una mano con la misma extraña pulsera que lucía Inés en su retrato de Halloween. El corazón de la mujer casi se le sale del pecho. En casa, se dejó caer en el sofá. Así la encontró Inés al llegar sin tocar la puerta. Al descubrir el rostro cadavérico de su madre, Inés se disculpó y se dispuso a explicar a detalle su ausencia prolongada. Lucero escuchó atenta el relato de la fiesta de Halloween, el viaje a la capital para una entrevista de trabajo importante, misma que concluyó en la contratación inmediata de su hija. “Hija ¿tu trabajo como gerente no te conviene más?” Preguntó Lucero. “Económicamente sí mamá” repuso la joven, “pero quien mejor que tú sabe de mi sueño de ser periodista en nota roja”.

A su vez, Lucero describió su angustia creciente al no saber nada de su hija. Hubo también esa pulsera que llevabas en tu foto de perfil. Por cierto, qué fue de ella, no la traes ahora. ¿La pulsera que me regaló mi novio? Se la di a mi amiga Dana en la fiesta de Halloween porque a ella le encantaron los colgantes. Por cierto, con mi entrevista de hoy ni le he hablado para darle la buena noticia.

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM