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CACOFONIA

 

Desde su primera taza de café al amanecer, el ventilador de Carola funcionaba a potencia máxima, difuminando aire fresco junto con un sonido opaco en la sala. Texteando con amistadas virtuales en varias aplicaciones mientras escribía una minificción fue como se enteró de la muerte del distinguido lingüista y filósofo norteamericano. Paró su trabajo, se levantó a preparar ahora un capuchino para saborear despacio, compensando la amargura de la noticia vuelta tendencia en X donde abundaban los reportes compartidos ilustrados con fotos del intelectual estadounidense de 95 años. La muerte de Noam Chomsky se encontraba en boca de todos, envuelta en medio de una cacofonía informacional virtual prescindiendo de cualquier reflexión en torno a las fuentes. Carola se ensimismó por horas leyendo las citas más famosas del ahora fallecido, replicadas a la velocidad luz hasta en los sitios web más inesperados como recetarios de cocina saludable o de enseñanza del inglés. Seleccionó finalmente una frase para publicar en sus redes sociales añadiendo el sello de agua de RIP: “¿Cómo es que tenemos tanta información, pero sabemos tan poco?” Algunas personas, anónimas o de renombre – cuya identidad no revelará este espacio – se alegraron de su desaparición, desconociendo su legado, sin que los mismos lectores objetaran los comentarios. Otros, destacando un nivel alto de ignorancia preguntaron a qué se dedicaba o qué productos vendía.

La llegada del desmentido sobre los rumores que se viralizaron durante el día en redes sociales sobre una supuesta muerte del destacado autor tardó horas en rebasar la tendencia antinómica en los medios digitales. Carola consultó incluso varios sitios de fact checking para cerciorarse del hecho no sin antes preguntarse quienes salían beneficiados con la vida o muerte del activista radicado en Brasil desde hace una década. “Es falso” contestó con sencillez la esposa de quien habían publicado el obituario. Wikipedia retiró la fecha de fallecimiento y los periódicos reemplazaron sin ofrecer disculpa alguna los titulares. La información veraz se dio a conocer mediante el centro hospitalario: Chomsky fue dado de alta para continuar su tratamiento en casa después de haber sufrido un derrame cerebral un año antes. Haciendo a un lado su minificción dedicada a la lucha libre mexicana, Carola quiso indagar a fondo la fake news que estaba conmocionando al planeta y encontrar al asesino virtual implicado en este suceso. ¿Quién quiso eliminar al acérrimo defensor de la libertad de expresión en todas sus facetas? Se repitió lo ocurrido con Mark Twain en 1894, el escritor que su momento acuñó la famosa frase: “Los rumores acerca de mi muerte han sido exagerados”. ¿Quiénes han descubierto en redes el anuncio de su muerte? Al parecer fueron muchos, según consultó Carola en los archivos digitales. Dicen también por ahí que además de subirse al ring de la WWE, el puertorriqueño Bad Bunny ha recomendado leer a Noam Chomksy. Carola pensó en una broma antes de descartar el apunte y concentrarse en el asesino digital. “Confirmo que fui el autor de la fake news sobre la muerte de Noam Chomsky” anunció el italiano Tommaso Debenedetti en una cuenta falsa de X, adjudicarse la fake news, sin más explicaciones en torno al deceso o resucitación del politólogo.

Noam…uerto respondieron con sentido del humor los internautas desentrampados en su último meme temático buscando así eximir cualquier responsabilidad por difundir apresuradamente información falsa pese a la vigencia de la advertencia de Chomsky de no creer en las redes sociales y siempre buscar la verdad más allá de la superficie.

Nota: Los sucesos y personajes retratados en esta historia son ficticios. Cualquier parecido con personas vivas o muertas, o con hechos actuales, del pasado o del futuro es coincidencia, o tal vez no tanto. Lo único cierto es que no existe manera de saberlo y que además no tiene la menor importancia. Creer o no creer es responsabilidad de los lectores.

*Escritora, guionista y académica de la UAEM