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La Federalización del Sistema Público de Salud de la 4T…

 

El tema que abordamos hoy está estrechamente relacionado con las aspiraciones del Presidente de la República de no solo forjar un proyecto de nación, sino de consolidar su visión personal de gobierno. A lo largo de más de dos décadas, en campañas realizadas hace 20, 10 y 6 años, el Presidente hizo promesas que abordaban áreas cruciales para la transformación del país, tales como el empleo, la educación y la lucha contra la corrupción. No obstante, hay un tema que ha quedado profundamente grabado en la memoria no solo de la clase política y quienes siguen de cerca la política del país, sino también en la conciencia de la sociedad en general: la salud.

En anteriores ocasiones, hemos sostenido que existen numerosos pendientes en el modelo de gobierno del Presidente y en sus políticas públicas de transformación. Distamos mucho de tener un sistema público de salud que se asemeje a los sistemas eficientes y eficaces, de respuesta ágil, diagnósticos precisos, suficiente suministro de insumos y medicamentos para toda la población, y un enfoque sólido en la prevención de enfermedades crónicas y degenerativas. El lema de Noruega, que prometía un sistema de salud público eficiente y eficaz, parece estar muy lejos de nuestra realidad. Dicen en mi pueblo que el pez por su propia boca muere y el asunto de la Federalización del Sistema Público de Salud del Presidente de la República, incluso en el papel deja mucho que desear respecto de su promesa de campaña.

Este acuerdo Nacional para la Federalización del Sistema de Salud para el Bienestar -ese es su nombre correcto- tiene por objeto consolidar la operación de un sistema integral de salud para que las entidades federativas, concurran con la Federación por conducto del IMSS- Bienestar a fin de garantizar la prestación de servicios de salud, mediante las acciones en materia de personal, infraestructura, equipamiento, medicamentos y demás insumos asociados para la prestación gratuita de servicios de salud, para las personas sin seguridad social.

Tampoco nos explica el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación, cuáles son las acciones puntuales a través de unas reglas de operación claras, definidas, aprobadas por la instancia legal que debiera hacerse en términos de la ley General de Salud; la reforma, es sólo la adición de un párrafo para poderle dar sustento jurídico a la creación de dicho acuerdo y de a poco, me viene a la memoria aquel Acuerdo Nacional por la Educación del expresidente Calderón el que al final del camino tuvo muchísimos problemas de operación y de consolidación en el país.

De origen, no me parece mal el intento de aquel concepto de universalización de la salud pública, siempre y cuando a los estados se les hubiera dotado en el pasado de recursos e insumos suficientes, pero sobre todo, de infraestructura humana de médicas y médicos, de enfermeras y de enfermeros suficientes, también de especialistas que atendieran fundamentalmente padecimientos que hoy tienen a la población en México con enfermedades crónico degenerativas, obesidad y diabetes, por ejemplo, que sólo han sido atendidas como paliativos debido a no contar con una verdadera política de prevención médica en el país.

También de manera somera los alcances de dicho acuerdo pretenden, entre otras cosas, mediante servicios de asistencia social gratuita, consolidar un sistema de salud para el bienestar que permita llevar a cabo la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas, sin seguridad social alguna, bajo los principios de gratuidad, cobertura universal, accesibilidad, oportunidad, continuidad y calidad.

Habría que preguntarle hoy a los mexicanos si confían en el sistema de salud pública del país, miles y miles de clínicas de asistencia de primer nivel hoy no cuentan con los profesionales para atender a pacientes siquiera en el primer nivel de atención médica, y mucho menos consolidar una atención médica de segundo nivel, el desabasto médico es la constante de más del 85% de los derechohabientes tanto IMSS como del ISSSTE y del propio esquema de salud en las entidades federativas, insisto en el papel la Federalización pudiera ser efectiva si contáramos con la infraestructura necesaria humana y de operación para atender a más de 120 millones de mexicanos.

El acuerdo que se dio a conocer el pasado mes de octubre habla de atender a 66.4 millones de personas que no cuentan con Seguridad Social en el país a través de este nuevo esquema IMSS- BIENESTAR, en el que se atenderán a 52.2 millones de mexicanos y mexicanas el 80% de la población 23 estados concurrieron al llamado de su líder nacional.

El acuerdo habla de la transferencia de 707 hospitales y 13,966 centros de salud, por ello la interrogante sigue siendo y en qué condiciones de infraestructura médica hospitalaria de prevención y de operación se encuentran estos más de 13,900 centros de salud y tampoco nos deja claro el acuerdo insisto, si sólo este acuerdo de Federalización Nacional de los Servicios de Salud solo abarca el primer nivel de atención médica.

Desde mi punto de vista, y quienes hemos tenido la posibilidad de trabajar en el sector salud en el país, entendemos que los esfuerzos no pueden ser aislados, que la Federación tiene que convocar a las entidades federativas, no sólo a signar un acuerdo que en el papel pareciera suficiente, incluso en el papel este acuerdo se nota totalmente insuficiente y carente de proyección, pero sobre todo carente de fundamento en la realidad que vive el sistema público de salud en México.

Quiénes hemos recorrido clínicas de atención médica, quienes hemos estado cerca de los derechohabientes y escuchamos día a día la constante queja, por ejemplo del desabasto médico, entendemos que primero se debió priorizar un estudio de las necesidades, por ejemplo en materia de abasto médico (15 Millones de recetas no surtidas en 5 años de gobierno), para quienes hoy requieren todos los días de medicamentos para sobrellevar enfermedades crónico degenerativas, el sistema público antes de acordar la Federalización de los Servicios de Salud, debió de haber entendido las necesidades y los reclamos de cada mexicano en materia de salud.

Ojalá la cobertura llegara al 100% de mexicanos pero en condiciones óptimas para atender el primer nivel de atención, este acuerdo no habla de la atención especializada de quienes necesitan una operación de rodilla, de quienes necesitan una operación ocular, por citar dos ejemplos, de quienes hoy esperan un quirófano, e insumos oportunos para ser operados, más de seis meses de espera, de quienes hoy requieren una tomografía o una resonancia magnética y en los hospitales públicos del país o no existen resonadores o no funcionan; si no funcionan los elevadores ¿qué nos vamos a esperar de los aparatos de especialización?, esos son los temas a los que el acuerdo no alude, los que el acuerdo no resuelve y a los que el acuerdo no podrá resolverle al pueblo de México y sus necesidades en materia de salud.

Ese es otro reto que en el futuro podrá cobrarle a la cuarta transformación el pueblo de México, el reclamo de los derechohabientes o usuarios, pero sobre todo el reclamo de la población que necesita un sistema de salud eficaz, un sistema de salud fortalecido y un sistema de salud con alto sentido de prevención.

Ese es el gran reto para la 4T de cara al sexenio próximo y la consolidación de dicho acuerdo de Federalización del Sector Salud.

Muchas gracias.

Nos leemos en la próxima.

*Padre de familia, político y soñador en busca siempre de un mejor Morelos para todos.