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En el mes de julio de 2020, poco después de que las autoridades de Cuernavaca clausuraran el auto cinema“Autoexplanada” por la celebración de una ceremonia religiosa sin permiso, muy serio el entonces alcalde Francisco Antonio Villalobos Adán aseguró a los medios que se había procedido de esa manera porque “nadie está por encima de la ley”, en alusión al Obispo Ramón Castro Castro, que había oficiado la misa en automóvil, novedosa modalidad para los tiempos de pandemia.

El argumento era creíble porque el auto cinema había iniciado operaciones un par de semanas antes, lo que la opinión pública no supo sino hasta tiempo después es que logró reabrir sus puertas tan solo unos días después de la clausura, no porque hubiera cumplido con todos los trámites burocráticos, sino porque uno de los socios del negocio,  José Alberto Contreras Luna, cedió a pagar los 200 mil pesos que le exigían los inspectores municipales por encargo, dijeron, del alcalde. 

Contreras Luna presentó una denuncia por estos hechos antela Fiscalía Anticorrupción del Estado la cual Realizó un operativo y detuvo in fraganti a los inspectores, quienes fueron encarcelados preventivamente mientras enfrentaban su proceso. En sus declaraciones, los detenidos corroboraron que detrás del cohecho se encontraba el alcalde y el coordinador de Protección Civil del ayuntamiento, Gonzalo Barquin.

Lejos de ser un caso aislado, el del auto cinema confirmó las sospechas de particulares y empresarios sobre cuestionables manejos en el municipio, pero no así en la Fiscalía Anticorrupción, en donde ya no había sospechas: el asunto del auto cinema se sumó a algunas investigaciones más que tenía en curso en contra de Villalobos.

Finalmente, el ex edil fue vinculado a proceso y está detenido por otro caso: el del desfalco a los trabajadores del Sistema de Aguas del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (Sapac) cuyas cuotas al Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno de Morelos (ICTSGEM) fueron desviadas presuntamente para beneficio personal pues nunca se entregaron.

Junto con Villalobos se detuvieron a algunos regidoresporque “fueron omisos en el cumplimiento de sus funciones”. El monto inicial del fraude es de nueve millones de pesos, aunque según la consejera jurídica de la actual administración municipal, el monto final podría ascender a los 100 millones de pesos.

Hoy se publica una nota de nuestra compañera Angélica Estrada en la que se informa de una nueva demanda, ahora por posible enriquecimiento ilícito, que un particular formalizó ante la Fiscalía Anticorrupción en contra de Villalobos y que podría arrojar alguna luz sobre el destino de parte de lo que podría haber saqueado el exedil durante su paso por Cuernavaca.

La nueva demanda denuncia la compra de por lo menos 19 automotores, varios de alta gama, realizada por Villalobos generalmente mediante pagos en efectivo, algunos a beneficio de terceros que se presumen testaferros.

Generalmente la justicia mexicana requiere de mucho tiempo para dar un paso, y necesita de un lapso mucho más largo para dar el segundo, esperemos que, iniciando con el caso de Villalobos, ahora no se apueste por el olvido y que la justicia sea completa y expedita para que también sea ejemplar. 

No debemos normalizar la corrupción y tanto el gobierno municipal como el estatal deberían dar seguimiento puntual a este caso porque la imagen de toda la administración y de los servidores públicos fueron dañados seriamente. Para empezar la Fiscalía Anticorrupción debería continuar con todas las investigaciones que haya iniciado en contra de los funcionarios de la pasada administración de Cuernavaca e informar ampliamente a la opinión pública.

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