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EN ANENCUILCO, MORELOS, NACE UN GRAN LIDER

Margarita González Saravia *

“Conocer nuestra historia es tener identidad con nuestra tierra”

Como cada año, el 8 de Agosto recordamos en Morelos el nacimiento de Emiliano Zapata Salazar quien vio la luz en 1879. Este año conmemoramos los ciento cuarenta años del nacimiento en el poblado de Anenecuilco, Morelos, de aquel niño que llegaría a ser un símbolo nacional de la lucha por la libertad y la justicia para los campesinos.

Nació en el seno de una familia de diez hermanos, siendo el noveno, aunque solamente sobrevivieron cuatro. Fue bautizado en la iglesia de Villa de Ayala, siendo sus padrinos el administrador de la Hacienda del Hospital y su esposa; ¡Quién diría que con el tiempo la lucha contra esa hacienda sería la causa del levantamiento zapatista!

Su madre, Doña Cleofas Salazar, se preocupó por mandar a su hijo a la escuela del pueblo. Emilio Vera, viejo soldado juarista fue su maestro. Él le despertó el amor por la historia, contándole sus propias anécdotas de vida en la lucha contra los conservadores. Tuvo muchos ejemplos de patriotismo de su propia familia bisabuelos y abuelos quienes habían participado primero en la guerra de Independencia y después en la guerra de Reforma. De esta manera Zapata empezó a cultivar un espíritu nacionalista desde muy pequeño.

Su padre, Gabriel Zapata, se dedicaba a la cría de ganado. A muy temprana edad, Emiliano tuvo contacto con los caballos, lo cual se convirtió en una verdadera pasión en su vida. Aprendió a montar desde pequeño haciendo diversas suertes con los animales. Al ver su gran entusiasmo, su padre le regaló una yegua: “Papaya”, la cual había sido comprada con gran esfuerzo, cuando su pequeño hijo que aún cursaba la primaria.

Combinaba las tareas del estudio con las tareas de campo, acarreando zacate para alimento de los animales y cuidando el ganado de otras fincas. No terminó la escuela. Desde entonces entendía las injusticias que había con los campesinos de la región, los maltratos de los hacendados sobre los pueblos y comunidades. Escuchaba a los mayores hablar de los problemas que vivían. Su formación y sensibilidad social se forjó en su corazón y en su mente.

Siendo muy joven, a los 16 años, murieron sus padres. Él se dedicó a las actividades ganaderas de la familia, para ayudar a sus hermanas: María de Jesús y María de la Luz quienes siempre lo acompañarían y defenderían en el movimiento.

Compraba y vendía caballos. Más adelante junto con su hermano Eufemio acarreaba cal en recuas de mulas y la vendían tanto para la Hacienda Chinameca como para la construcción del ferrocarril. Zapata se mantenía de su trabajo como ganadero, agricultor y comerciante. Sin embargo, fue considerado por los viejos de Anenecuilco para tomar la rienda de los asuntos del pueblo en la lucha por la defensa de sus tierras, llevándolo a convertirse el gran líder social que todos conocemos.

*Ciudadana Morelense

 

 

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