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ÁVILA CAMACHO EN CUERNAVACA

 

“Conocer nuestra historia es tener identidad con nuestra tierra.”

Una de las principales avenidas de Cuernavaca es conocida como Ávila Camacho, que atraviesa la ciudad de norte a sur hasta llegar al centro. Es importante recordar que Manuel Ávila Camacho fue presidente de la República de 1940 a 1946, sucediendo al General Lázaro Cárdenas del Río.

Al igual que para otros presidentes de la época, la ciudad de Cuernavaca representaba un destino veraniego, donde podían disfrutar de hermosas residencias, jardines y albercas, invitando a amigos, políticos y artistas a compartir momentos especiales en un ambiente agradable.

Manuel Ávila Camacho mantuvo una relación política y de negocios con un grupo de jóvenes ambiciosos liderados por Miguel Alemán Valdés, quien luego se convirtió en Secretario de Gobierno de Ávila Camacho. En los primeros años de la década de 1940, este grupo de jóvenes, que incluía a Ramos Millán, adquirió un extenso terreno en Cuernavaca de una ciudadana estadounidense. Este terreno fue subdividido y vendido a diversas personalidades para obtener recursos económicos que impulsarían sus carreras políticas. De hecho, parte de la estrategia fue donar un terreno a Manuel Ávila Camacho para fortalecer sus lazos políticos.

Estas propiedades se encontraban en lo que ahora conocemos como Lomas Tetela y «La Cañadita», una zona boscosa con canales de agua y un clima excepcional. La tendencia de que políticos y empresarios construyeran sus residencias en Cuernavaca comenzó cuando los presidentes Calles y Cárdenas decidieron establecer sus hogares en la capital de Morelos.

Aunque la residencia de Ávila Camacho en Cuernavaca era impresionante, su esposa, Soledad Orozco, tenía una verdadera pasión por la construcción de una majestuosa residencia en la zona de «La Herradura» en el estado de México, la cual tardó varios años en construirse. Parte de las propiedades en Cuernavaca fueron vendidas para financiar la construcción de esta residencia.

A pesar de ello, Manuel Ávila Camacho dejó su huella en Cuernavaca, donde una avenida lleva su nombre y una estatua en su honor se encuentra en un lugar por el que circulamos a diario.

*Ciudadana Morelense