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Vaya como introducción

 

 

“Hola mundo”.

Con esta frase decidí retomar mi columna, ahora en La Jornada Morelos, un proyecto periodístico de altos vuelos al que nos incorporamos desde este lunes. El saludo no es propio, aparecía por defecto en mis primeros blogs hechos en la plataforma de WordPress hace más de una década como una premonición bastante convencida y probada certera de lo que ahora es el periodismo, una experiencia local que se comparte con todo el mundo.

La visión contrasta profundamente con lo que se pensaba hace 31 años, cuando empecé esta carrera que suele confirmar aquella cita de Demócrito “todo cuanto existe es fruto del azar y la necesidad” que escuché por primera vez a nuestro director, Enrique Balp. En la agonía del breve siglo XX, el periodismo local creía aún la idea que se atribuye a Lauro Ortega de Morelos como una pequeña isla a la que no afecta nada de lo que ocurre en otras zonas, por cercanas que sean.

Así que “hola mundo” es mucho más que un texto falso, como lo pretendía WordPress cuando lo uso como “default” en sus plantillas; se convierte en una urgente declaración de principios, un icono lingüístico de la sociedad actual y el periodismo que la narra. Urgente porque en un estado en que las crisis se han vuelto permanentes y donde las visiones individuales o de grupo suelen imponerse a las ideas que permitirían la evolución social; la narración y el análisis de la realidad en lo sustantivo se convierten en un camino necesario, aunque muy poco transitado. De ese tamaño es el reto del periodismo en Morelos y en muchas partes del mundo.

Tampoco es simple, el escenario de Morelos, similar al de otras democracias en crisis, es germen de una profunda polarización que ha contaminado también al periodismo. La alineación de los narradores y analistas en bandos contribuye muy poco a la misión social que tienen las empresas de información.

El compromiso de los periodistas con su labor se vuelve impostergable en tiempos como los que padecemos. Una narrativa de la realidad fundada en hechos y datos que conduzcan a reflexiones racionales de lo que ocurre en el estado, el país y el mundo, es indispensable para quienes diariamente toman decisiones sobre los pequeños mañanas individuales que juntos, yuxtapuestos o revueltos, pero necesariamente combinados, construyen nuestro futuro común. Porque estamos convencidos de esta misión estamos ahora en La Jornada Morelos.

El enfoque de este espacio seguirá siendo ese: partir del análisis de la realidad y los datos que la misma aporta, y a partir de ello construir reflexiones que contribuyan a entender las relaciones que pueden existir entre hechos aparentemente aislados, pero también separar aquellos que no guardan relación entre sí y que el pensamiento mágico trata de relacionar.

No se trata de callar los hechos censurables cometidos por servidores y personajes públicos, sino de cambiar el adjetivo por lo sustantivo. Reflejar los escenarios que permiten, ocultan o hasta fomentan la corrupción en todas sus formas, es la mejor manera de corregirlos. El periodismo supone ese espacio de reflexión, esa es su utilidad, la que lo diferencia del chisme; la profundidad contra la superficialidad.

La pertinencia en una sociedad saturada por información mayormente poco útil es otro de los valores obligados para marcar la diferencia en el ejercicio periodístico. La cantidad de datos que pueden producir diariamente casi dos millones de habitantes en un estado de 4 mil 950 kilómetros cuadrados es impresionante. La selección responsable de la información más relevante para la vida ciudadana es también una tarea del buen periodismo, los criterios para definir a relevancia tienen que ver básicamente con la utilidad pública. La explotación del interés malsano de algunos sectores de la población por la podredumbre de algunas figuras o actividades, puede parecer entretenida, pero resulta inútil. El análisis sobre el impacto de los hechos, vidas ejemplares, perspectivas de desarrollo en la ciencia, la tecnología, la industria, resultan siempre mucho más relevantes y convierten al análisis periodístico en una herramienta mucho más allá del entretenimiento.

Con esta suerte de pequeño credo retomamos nuestro espacio de análisis que aparecerá los lunes y miércoles. Aprovecho para agradecer a La Jornada Morelos, a Enrique Balp y a su equipo por creer en lo que podemos aportar. Hagamos grandes cosas.

@martinellito

martinellito@outlook.com