loader image

 

La próxima Legislatura requerirá negociadores

 

Pocos alcaldes pueden presumir a estas alturas de dejar sus municipios mejor de como los encontraron. Uno de ellos es Rafa Reyes, de Jiutepec, quien logró sortear desastres y desaires del gobierno estatal durante cinco años y dos meses para finalmente entregar un municipio con servicios públicos mejorados, deudas casi totalmente saneadas, y en tranquilidad política (y quienes conocen la grilla de Jiutepec saben que eso es muy complicado).

No fue fácil porque su antecesor, Manuel Agüero, tenía el respaldo de su gobernador, Graco Ramírez; francamente no se puede decir lo mismo de Rafa Reyes a quien Cuauhtémoc Blanco lo consideró siempre fuera de su “equipo”. Mucho menos cuando la administración de Agüero fue un colosal desastre político, financiero y social. Pero la experiencia y las habilidades políticas de Rafa Reyes resultaron impecables para el trabajo que se tenía que hacer. Ahora el único alcalde que se ha reelegido en Jiutepec buscará una posición en el Congreso del estado donde, por cierto, le puede hacer mucho bien a un estado que necesita del diálogo, la construcción de acuerdos y la cercanía con la ciudadanía, tres cosas que ha extrañado desde mucho antes de la administración de Cuauhtémoc Blanco, pero cuya carencia nos hizo casi olvidar que otro Morelos es posible. A Rafa lo respalda su trabajo y en ese sentido tiene un futuro asegurado a donde vaya, pero ojalá que ese camino pase por el Legislativo, donde haría mucho bien un perfil como el suyo.

La política en Morelos es prácticamente un desastre. La zona de guerra en que se ha convertido la vida pública en Morelos, a veces chiquero, unas más, cadalso, las menos, espacio de intercambio de los temas de interés ciudadano, tendría que enseñar a la ciudadanía a elegir mejor los perfiles que se requieren para cada espacio. Está claro que quienes inspiraron una momentánea simpatía pueden convertirse en bichos bastante más parecidos a Pennywise de lo que podemos permitirnos. Así que probablemente convendría revisar la historia de cada uno de quienes podríamos acabar seleccionando con nuestro voto antes de que cosas horribles nos vuelvan a ocurrir (porque ya suficiente castigo resultó tener a Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco en periodos sucesivos -la desgracia suele llamar caer veces). Y aquí es donde perfiles como el de Rafa Reyes pueden ayudar mucho, la reconstrucción de la política pasa necesariamente por la recuperación de la cercanía y la confianza de la ciudadanía.

Porque Reyes se formó en la política cuando tal cosa aún se practicaba en Morelos, antes de la soberbia de Graco Ramírez y de la indolencia de Cuauhtémoc Blanco; antes también de la lejanía de Marco Adame y de la “hoguera de las vanidades” de Sergio Estrada Cajigal. Rafa era político desde antes de ellos y siguió aprendiendo durante los ciclos de cada uno de los gobernadores. Sabe que la política no es cumbia, confabulación, soberbia, ni partido de futbol. En cambio, conoce el valor de la gente, de escuchar, de dialogar y de trabajar de forma creativa a favor de la ciudadanía.

Y como todo parece indicar que el próximo Congreso de Morelos tampoco tendrá una mayoría calificada a favor de ninguna fuerza política, la necesidad de negociadores (que siempre deben tener los cuerpos colegiados) se convierte en urgencia.

Y no será un congreso fácil porque todos los partidos tienen posibilidades de conseguir por lo menos un legislador de mayoría. Y son muchos partidos, Morena, PAN, Movimiento Ciudadano, PRI, Nueva Alianza, PT, PVEM, Morelos Progresa, y hasta el PRD y el PES podrían ganar una elección, en tanto la mayoría que supondrían tener Morena y sus aliados en algunas zonas del estado se diluye porque no en todos los distritos locales irán en alianza los partidos, así que espacios donde Morena habría cantado un triunfo anticipado, como las zonas oriente y sur del estado, podrían quedar en manos de otros partidos, algunos aliados para la gubernatura con Morena, pero otros con un indudable carácter de oposición.

El PT, por ejemplo, parece haberse hecho ya de dos buenos cuadros para competir por la mayoría en la elección de los distritos siete y ocho (Cuautla y Xochitepec-Zapata), Paola Cruz y Alberto Sánchez Ortega. Nueva Alianza lleva ventaja en Yautepec, el PAN en Cuernavaca, La coalición de PAN-PRI-PRD-RSP y la de Movimiento Ciudadano y Morelos Progresa, también tienen para contender por el octavo distrito. El distrito once, de Jojutla, también parece estarse complicando para Morena, así que lo que se percibe desde ahora como muy probable es un Congreso fraccionado entre varias fuerzas políticas, porque, adicionalmente, todos podrían acceder a por lo menos un legislador plurinominal. PAN y sus aliados llevarían ventaja en el décimo distrito. De hecho, el único en que Morena podría cantar desde ahora su triunfo es el sexto (Jiutepec), siempre que no designe a un mal candidato y casi podría decirse que cualquiera que no sea Rafa Reyes podría considerarse un mal candidato frente al alcalde con licencia.

Por cierto, otra contienda complicadísima será la de Cuautla, la coalición de PAN y aliados parece tener bastante solidez para contender, el PT lanzará muy probablemente un candidato fuerte, Morena se está rompiendo entre el exalcalde Raúl Tadeo Nava y actual edil Rodrigo Arredondo López, Movimiento Ciudadano no es mal visto en la Heroica, Nueva Alianza lleva a una reconocida activista, Amalia Alejandra Hernández, quien denunció a Arredondo de persecución política. Si a esta competitividad sumamos la inseguridad y la violencia política que vive el municipio, el ambiente podría enrarecerse muy pronto.

@martinellito

martinellito@outlook.com