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¿Por qué perdió Lucy Meza?

 

Si hacemos una revisión de las elecciones locales del 2024 en Morelos podría ser que las derrotas parezcan mucho más interesantes y aleccionadoras que las victorias.

Lucy Meza no era una mala candidata, antes de salir de Morena punteaba en las encuestas y ya en la oposición logró que un conjunto de partidos que tenía entre el 20 y 22 por ciento de intención de voto creciera hasta el 30%; aún con ello, y pese al hecho de que la alianza opositora obtuvo triunfos en Cuernavaca, Jiutepec, Cuautla, Temixco, Yecapixtla, y otros municipios que suman el 54% de la población del estado, Lucy Meza perdió no por cinco o seis puntos porcentuales, sino por más de quince, una cifra que se parece mucho a la de la mayoría de las encuestas previas al arranque de las campañas por la gubernatura.

¿Cómo es que, ganando las alcaldías más pobladas de Morelos, la candidata perdió por una diferencia tan amplia?

La derrota no es huérfana, por más que lo proclame el dicho. Si revisamos la elección a la gubernatura por distritos electorales resulta que Lucy Meza fue derrotada, por un no tan alto margen en Cuernavaca; perdió por 15 puntos en Jiutepec, 18 en Cuautla, 16 en Temixco, 23 en Xochitepec; si a eso le sumamos las enormes diferencias que casi llegaron a 28 puntos en Jojutla, la explicación numérica de su derrota es evidente.

Lucy no fue el fenómeno que la oposición en Morelos necesitaba para competir con Morena básicamente porque la rebeldía y ambición que la hicieron dejar Morena fueron sepultadas por el secuestro que de ella hicieron personajes como Jonathan Márquez, un dirigente partidista sin mayor respaldo ciudadano que se empeñó en darse a conocer gracias a la candidata. Los candidatos de la oposición que no se dejaron secuestrar por las dirigencias de los partidos integrantes de la coalición, tuvieron un papel decoroso y muchos de ellos ganaron.

Igual que sus similares nacionales, las dirigencias del PRI y PRD constituyen un lastre porque el electorado los asocia con personajes como Alejandro Moreno Cárdenas, el primero; y Graco Ramírez Garrido Abreu, el segundo, cargar con ellos para Lucy Meza significó la imposibilidad de desligarse de Graco Ramírez, por una parte, y por otra, asociarse con lo peor que tiene el partido más rechazado en el país. No es un asunto menor, Lucy rompió con Morena y fue secuestrada, ella y su campaña, por algo mucho peor. Así, no servía que la candidata diera a escoger a los morelenses entre la casi apocalíptica administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo, y una dupla formada, no por Lucy Meza y los suyos, sino por Graco Ramírez y Alejandro Moreno, eso fue lo que vendieron sus adversarias, y les salió muy bien.

Asunto aparte es Acción Nacional, un partido que en Morelos parece tener cierta esperanza con cuadros como José Luis Urióstegui y Andrea Gordillo, los más visibles. En el caso del PAN la apuesta a que Sergio Estrada Cajigal ayudaría a Lucy Meza en Cuernavaca se desvaneció muy pronto cuando el exgobernador y candidato a la diputación federal por Cuernavaca fue acusado, vinculado a proceso y luego encarcelado por presuntamente haber golpeado a su expareja. Sergio era la presencia más sonora de la coalición después de Lucy Meza y probablemente José Luis Urióstegui, el aporte que pudo haber hecho su popularidad como exgobernador a la campaña de una candidata, mujer y de izquierda, fue anulado desde antes de su postulación, una que ni el PAN estatal se atrevió a defender pero que la dirigencia nacional del partido sostuvo, aparentemente con la idea de no perder los votos que podría generarle.

Cargada con las dirigencias del PRI y PRD, sin ayuda de los candidatos al senado o a diputaciones federales (a quienes superó en presencia y en votos) y en una coalición en que cada uno cuidaba su feudo, Lucy Meza fue condenada a una derrota en la que su mayor responsabilidad fue no haber sido lo independiente y rebelde que había sido en sus últimos días en Morena.

¿Si Lucy Meza hubiera aceptado la invitación de Movimiento Ciudadano habría ganado? Es probable que no, los naranjas tienen los mismos vicios que PRI y PRD pero un tamaño electoral mucho menor. Lo que sí puede preverse es que, sin Lucy Meza, la coalición a la gubernatura PRI-PAN-PRD-RSP, cuyas cartas antes de la senadora eran Laura Ocampo, Mayela Alemán o Tere Domínguez habría caído fácilmente al tercer sitio.

El gran ejercicio de reflexión que queda para Lucy Meza (en política las derrotas ni las victorias son para siempre) deberá incluir el poco favor que le hicieron las dirigencias de los partidos al postularla para aprovechar su figura y. en el caso del PRI, solo mantener el registro. Seguramente Lucy podrá ver que, la mayoría de quienes ganaron por su coalición, procuraron mantenerse a cierta distancia de los dirigentes del PRI y PRD, por algo habrá sido.

La oposición de centro debe reinventarse en Morelos, probablemente no les alcance con el 30% de votos que logró su candidata a la gubernatura, pero podría ser un buen inicio. El seis o siete por ciento de la votación que puede atribuirse Lucy Meza a ella misma es más de lo que tienen tres de los cuatro partidos de la coalición que la postuló, y esos números son dignos de estudiarse.

@martinellito

martinellito@outlook.com