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Ante el desastre mundial causado por los países poderosos imperialistas urge conservar suficiente ánimo y entusiasmo para contrarrestar las desgracias que parece que se instalan permanentemente.

Si observamos atentamente nos enteraremos: manifestaciones masivas en FRANCIA en defensa de las pensiones de los trabajadores y contra la Violencia y el Racismo de la Policía. Maestros de ALEMANIA exigiendo una urgente Reforma Educativa. GRECIA luchando contra una Reforma Laboral que condena a los trabajadores a jornadas de 13 horas diarias sin día de descanso, la Esclavitud regresa. Lo peor de lo peor, ISRAEL masacrando al pueblo Palestino y la ONU y el mundo entero ciegos y sordos.

Nuestra AMERINDIA, con su propia dinámica, envuelta en la lucha sociopolítica soportando cotidianamente metrallas de insultos de la Ultraderecha que falsifica, destruye, tergiversa, difama, calumnia. Metrallas disparadas por dictadores, torturadores, explotadores, defraudadores, traidores, saqueadores, mercachifles, mentirosos, farsantes, usurpadores. El Odio es convertido en espectáculo de propaganda política ultraderechista, dice el Mtro. Buen Abad.

En palabras del Cmdte. Fidel Castro, es casi imposible medir el daño ocasionado por el Imperialismo a nuestros países. La deuda externa, por ejemplo, que ha sido pagada más de dos veces y debe ser condonada inmediatamente. Es una deuda que ha causado daños económicos, políticos, culturales. De ahí “que no se puede confiar en el Imperialismo, pero ni tantito así, nada”.

Por todo ello, la actitud revolucionaria del Guerrillero Heroico es un ejemplo vivo. La Revolución tiene que ver con la construcción, con la edificación del Socialismo, así, sin más, aunque se escandalicen las castas orejitas libidinosas de los fanáticos reaccionarios. Porque… “El Socialismo es un sistema social que se basa en la distribución equitativa de la riqueza en la Sociedad, pero a condición de que esa sociedad tenga riquezas que repartir”. “El combate de Uvero”, febrero de 1962, VERDE OLIVO, Pasajes de la guerra revolucionaria”.

Sigue el Che: “Déjeme decirle, con el riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad”. “El Socialismo y el Hombre en Cuba”, Semanario MARCHA, Montevideo, Uruguay, 15 de marzo 1965.

¿Hemos abandonado el amor? Pregunta Frei Betto. Es ese amor por los pobres que se multiplican por toda nuestra patria grande, Amerindia. En un acto de contrición hemos de reconocer que hemos dejado de guiarnos por esos grandes sentimientos para ser absorbidos por estériles disputas partidarias. Las vanidades y las peleas por los espacios de poder encienden nuestros corazones anulando la lucha por la Justicia. Hemos ensordecido ante los clamores del pueblo, hemos perdido la humildad por el trabajo de base perdiendo energía y tiempo para juntar votos.

Si no hay amor, no hay dedicación, no hay entusiasmo, no hay Causa. Lo que antes era nuestro ahora suena como mío. Frei Betto abunda: “… las seducciones del capitalismo minan los principios, trasmutan valores, y si aún proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética de servicio”. La construcción del Hombre Nuevo implica sacrificio, generosidad, entrega, siempre en favor del otro, del más necesitado, del prójimo.

De ahí las coincidencias con el Cristianismo, de ninguna manera gratuitas. Coincidencias que tenemos que subrayar con énfasis. CHE: “es preciso tener una gran dosis de humanidad, de sentido de justicia y de verdad para no caer en extremos dogmáticos… en el aislamiento de las masas. Todos los días es necesario luchar para que este amor por la humanidad viva se transforme en hechos concretos, en gestos que sirvan de ejemplo, de movilización”.

Antonio Negri, Catedrático de Doctrina del Estado en la Universidad de Padua, a propósito de su 90º aniversario, reflexiona ante esta pregunta: Siempre me sorprendieron tus constantes referencias a San Francisco de Asís. ¿De dónde nace tu interés por este santo y por qué lo tomaste como ejemplo de tu alegría de ser comunista?

Desde que era joven, me cargaban porque usaba la palabra «amor». Me tomaban por un poeta o por un iluso. Por el contrario, siempre pensé que el amor era una pasión fundamental que mantiene al género humano en pie. Puede convertirse en un arma para vivir. Vengo de una familia que sufrió mucho durante la guerra y que me enseñó un amor que todavía me hace vivir. Francisco es, en el fondo, un burgués que vive en un tiempo en el que ve la posibilidad de transformar a la propia burguesía, para hacer un mundo en el que la gente se ame y que ame lo viviente.

Y añade, ser comunista hoy «significa lo mismo que significaba cuando era joven»: un futuro en el que conquistemos el poder para ser libres, para trabajar menos y para querernos los unos a los otros.

CHE: Si usted es capaz de indignarse ante cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, usted es un revolucionario.