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Actualmente vivimos en una época que cambia rápida y constantemente, donde existen notables avances tecnológicos. Nos encontramos en una sociedad de la información en donde las tecnologías digitales ofrecen un espacio virtual conocido como internet, por el que se comparte una gran cantidad de información.

El desarrollo de esta nueva sociedad digital implica un cambio en la manera de relacionarse. Cambio que impacta, naturalmente, en las niñas y niños, quienes no están exentos de recibir o compartir información que se genera en Internet o en las redes sociales.

Entonces, es importante que frente a esa gama de información cuenten con herramientas que paulatinamente les permitan analizar, evaluar y discriminar la información que reciben. Tendrán que aprender a desarrollar un pensamiento crítico que les ayude, incluso, ir desarrollando gradualmente la autonomía de su voluntad.

El pensamiento crítico en las niñas y niños consiste en generar, gradualmente, la capacidad que les permita tomar decisiones y expresar lo que piensan. Poder valorar que tan creíble es una opinión o una fuente de información.

Éste es necesario para impactar positivamente en su formación y crecimiento; porque los beneficios que trae consigo permitirán que reflexionen sobre el valor que otorguen a la información que reciben y cómo habrán de utilizarla en la toma de sus decisiones.

Por ello, es necesario enseñarlo desde la infancia para que paulatinamente, la niña o niño vayan aprendiendo a pensar por sí mismos de acuerdo a su edad, grado de madurez y desarrollo cognitivo.

Sin embargo, podría pensarse que esta habilidad constituye un proceso difícil de enseñar a aquellos que cursan la primaria, pero se puede generar a través de impulsar su curiosidad; porque tienen un interés natural de conocer todo lo que les rodea. Incentivar esa curiosidad y responder a sus preguntas les ayudara a tener la información necesaria para que gradualmente vayan formando sus propias conclusiones.

Motivarlos a que hagan preguntas, permitirá que expresen todas sus dudas para que puedan obtener la información que les ayude a comprender su entorno. Incentivarlos a pensar de diferentes maneras, les ayudara a encontrar formas creativas de resolver sus problemas.

Fomentar la conversación sobre ciertos temas y hacerles preguntas les ayudara a pensar sobre situaciones que han vivenciado y argumentar sobre las mismas. Enseñarles a ver el lado bueno y malo de cada momento es fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico; porque al analizarse los pros y contras de una situación les permitirá tomar decisiones sobre lo que es más conveniente.

Es importante darles tiempo para que piensen y puedan intentar dar sus propias respuestas ante ciertas situaciones. Hacer esta pausa les dará la oportunidad de tratar de hacer una reflexión para que vayan aprendiendo a formar su propia opinión. Dejarlos que se equivoquen permitirá hablar de sus áreas de oportunidad para hacerlos crecer en su aprendizaje e incentivar su pensamiento crítico.

Estas acciones deben ser realizadas en casa y en la escuela para desarrollarlo, progresivamente. Los padres son los primeros responsables que tienen la encomienda de fomentar en el desarrollo y crecimiento de sus hijas e hijos, la capacidad de tomar decisiones; que puedan expresar sus opiniones y valorar puntos de vista.

La escuela contribuye al desarrollo de su personalidad, inteligencia y comportamiento, por tanto, la educación que reciban no solamente debe estar enfocada en proporcionarles una gama de conocimientos básicos que les permita conocer el mundo en el que viven; sino que se les debe enseñar a ir construyendo progresivamente un pensamiento crítico y no a memorizar; ni a repetir, sin reflexión, la información que reciben.

Sin duda alguna, la etapa de la niñez es la mejor etapa de la vida donde se debe comenzar a construir un pensamiento crítico, que les será indispensable en un futuro.

*Consejero Jurídico del Tribunal Unitario de Justicia Penal para Adolescentes del Estado de Morelos