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Rabindranath Salazar Solorio

Fue mi juventud una etapa crucial de lo que sería mi vida adulta. Fue en esos años, cuando trabajé en la ferretería familiar, la hice de mesero y también de taxista para apoyar a la economía de mi hogar y poder solventar los gastos que conlleva ser estudiante.

También fue en esos años, cuando descubrí mi activismo político, mi afinidad por la lucha social y comencé a forjar mi ideología sobre la justicia en favor del pueblo morelense. Como se diría popularmente, hice mis “pininos” en la administración pública y, evidentemente, eso refrendó mi vocación de servicio.

En el marco del Día Internacional de la Juventud, me reuní con más de 500 jóvenes de diferentes municipios de Morelos. No les voy a mentir, toda esa revolución de conciencias reunida en un solo recinto aceleró mi corazón.

No fue un encuentro cualquiera, estuve ante jóvenes que querían compartirme su visión de Morelos, que es diferente al Morelos en el que crecí y muy diferente al que vivimos ahora. Ellas y ellos sueñan con un Estado donde puedan desarrollarse en plenitud y seguridad, que puedan realizar diferentes actividades de esparcimiento sin ningún tipo de riesgo, lejos de violencia y delincuencia.

Ellas y ellos vislumbran un Morelos con reconocimiento en el deporte amateur, con excelencia académica e investigación, donde todos y cada uno de sus municipios exponga ante el resto de la nación y el mundo su potencial en materia agropecuaria y turística.

Tienen interés en el cuidado al medio ambiente, la equidad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres y grupos vulnerables. Asimismo, poseen un enfoque relevante sobre la salud mental, sexual y la prevención de adicciones.

Desean que Morelos también sea reconocido por su innovación en emprendimiento y tecnología y, en pocas palabras, sentirse orgullosas y orgullosos de su tierra y de su gente.

Juntos, lo podemos lograr.

La juventud te ofrece un tesoro inigualable, la posibilidad de experimentar -con causa- la gama de opciones que la vida te ofrece para construir los cimientos de un futuro mejor. Sin embargo; no podríamos decir que todas y todos los jóvenes cuentan con esa fortuna. Algunos no tienen la oportunidad de soñar y se ven obligados a enfrentar una realidad desafiante.

No podemos exigir que le echen ganas, en tanto no tengan un piso parejo para hacerlo.

¿Cómo pedirle a un joven que sobresalga académicamente si vive en una zona de conflicto donde la pobreza y la delincuencia están a la orden del día? ¿Cómo evitar que caiga en las redes de los grupos de violencia que azotan el Estado, si no somos capaces de ofrecerle lo mínimo básico indispensable para salir adelante?

Mi convicción y compromiso es seguir “rompiéndola”, como dicen ahora, con las y los

jóvenes de Morelos.

Ya estamos desarrollando un análisis integral del Estado, para tener un diagnóstico que nos permita seguir escuchando las necesidades de la juventud y que, de esta forma, su Estado les ofrezca las oportunidades que merecen: escuelas con alto nivel académico, actividades culturales, deportivas, programas sociales que les permitan continuar con su desarrollo integral, becas para que sus horizontes se expandan, así como un mercado laboral fructífero y basto para que no tengan que dejar -por necesidad o falta de oportunidad- la tierra que les vio nacer.

Que tengan, además, la posibilidad de participar efectivamente en los asuntos de interés público, y que, de ser su interés, comiencen a forjar su trayectoria política con apoyo de quienes ya hemos recorrido ese andar.

Trabajaremos para que jamás deban elegir entre llevar alimento a la mesa de su casa o estudiar, que no se vean en la encrucijada de tener que abandonar sus estudios y que ni siquiera contemplen la opción de unirse a una red delincuencial como salida a sus problemas.

Mi apuesta es a los jóvenes y siempre lo ha sido. Sin demagogia, a lo largo de mi trayectoria, siempre me he rodeado de ellos y hoy, quiero hacer un reconocimiento a todas y todos aquellos que han integrado, integran y seguirán formando parte de mi equipo de trabajo. También quiero agradecer a los 500 jóvenes que participaron en JuvetudEs Experiencia, por darme su tiempo y atención.

Jóvenes de Morelos: cuentan conmigo, su amigo, Rabin Salazar.

Temixco, Morelos, 12 de agosto de 2023

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