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Importante detectar casos de acoso escolar o bullying para recibir atención oportuna de profesionales

Mariza Tlapa Rangel*

El acoso escolar también conocido como “bullying” significa intimidación y se ha utilizado para referirse a la violencia en las escuelas ejercida de diferentes formas hacia una persona.

Las acciones contra el bullying son lograr un ambiente escolar seguro, psico educar y lograr la participación de todas las personas involucradas directa o indirectamente.

En ocasiones tanto la víctima como el agresor deben ser valorados médica, psicológica e incluso psiquiátricamente para descartar algún trastorno mental que complique el acoso escolar.

El bullying implica cuatro aspectos principales:

  • Existe un desbalance y abuso de poder (se ejerce hacia la persona más débil).
  • Es intencional y elegida.
  • Causa daño a las y los participantes directos y a quienes les rodean.
  • Se repite a lo largo del tiempo (meses o años).

Incluye diversas formas de maltrato, que se ejercen con la intención de ejercer daño. La persona que ejerce el bullying o acoso escolar, lo hace con el propósito de imponer sistemáticamente su poder y dominio sobre la víctima, a través de constantes intimidaciones, amenazas, insultos, humillaciones, devaluaciones, agresiones físicas, etcétera. La persona víctima del acoso empieza a presentar manifestaciones de no querer ir a la escuela, quejas somáticas frecuentes como dolor de cabeza o estomago para evitar ir a la escuela, tristeza e irritabilidad.

El acoso escolar ha existido en las escuelas desde siempre y se ha considerado erróneamente como un proceso “normal” o “una forma en la que se llevan los chavos” que ha conducido a minimizarlo o a considerarlo como un fenómeno “no grave”.

Incluso erróneamente se ha pensado que si una o un escolar está sufriendo intimidación y/o maltrato es “porque se deja o porque se lo merece” y generalmente se responsabiliza a la víctima de dichos actos. Por tal razón dijo, “es común que este tipo de violencia no se denuncie”.

Generalmente existe la víctima quien generalmente tiene el siguiente perfil: Se trata de una niña, niño o adolescente con aislamiento social, presenta una capacidad limitada para decir lo que siente y dificultades para comunicarse; demás es sensible y retraída o retraído, suele mostrar “una dificultad física”, una enfermedad mental discapacitante, preferencia homosexual, baja autoestima o inseguridad que le hace percibirse así mismo o a sí misma como vulnerable y sentir que no puede defenderse.

Por otro lado está el agresor quien posee un perfil característico: Puede provenir de familias violentas, donde las experiencias de maltrato son lo común, aparente tener “alta autoestima” al no aceptar críticas a su conducta, sin embargo en el fondo puede sentirse como una persona fracasada. Puede no sentir empatía con el dolor de la víctima. Es frecuente que experimente menos satisfacción con su aprendizaje escolar y con las relaciones que experimenta con las demás personas.

Las consecuencias del bullying son múltiples y graves para todas y todos los participantes. Para la víctima comentó, puede presentar sentimientos de resignación e indefensión, baja autoestima, sensación de rechazo social, aislamiento, sentir miedo, ausentismo escolar, bajo rendimiento escolar, ansiedad y trastornos del sueño, así como depresión llegando a la autolesión o intento suicida.

Para el agresor, generalmente desadaptación escolar y un posible desarrollo de comportamientos persistentes en contra de la sociedad (antisociales) que violan los derechos de otras personas, así como las normas y reglas adecuadas para permitirle una convivencia armónica en su entorno. Para los testigos puede presentarse desadaptación escolar, riesgo de iniciar consumo de drogas y alcohol, indiferencia hacia la víctima.

En caso de sospecha acoso escolar debe vigilarse de cerca a la persona y brindarle apoyo para que pueda denunciar lo que sucede; además, los estudiantes afectados deben informar a sus padres o tutores de lo sucedido para detener de inmediato los actos violentos.

*Médica Especialista en Psiquiatría adscrita al Hospital General de Zona con Medicina Familiar (HGZ/MF) No. 7, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelos, Mariza Tlapa Rangel.