Algo le debemos a la madre naturaleza pues parece estar ensañada con nosotros. Ahora que el calor nos comienza a dar un respiro, la sequía llega oficialmente y a Don Goyo le da por hacer de las suyas nuevamente.
Además, dicen los especialistas que al Niño se le hizo temprano y llegó antes de tiempo, adelantando la canícula y retrasando las lluvias.
El problema del agua en Morelos, antaño famoso por la abundancia del líquido, es una cuestión que debemos atender con urgencia. Todos los ambientalistas coinciden en que al dejar perder el Bosque de Agua tolerando la tala clandestina que lo merma cada día más, estamos cavando nuestra propia tumba, que será una fosa común, porque también afectará a la Ciudad de México y otras zonas fuera de Morelos.
Ciertamente es natural que por temporadas bajen los niveles de manantiales y pozos, lo que no es sano es que la mayoría de los mantos acuíferos del estado estén sobreexplotados y que se calcule que ya están a menos de la mitad de su nivel natural; tampoco es natural que se inutilicen a propósito los cuerpos de agua usándolos de basurero y fosa séptica.
Por lo pronto, la Comisión Nacional del Agua ya declaró oficialmente que Morelos atraviesa una sequía severa y las autoridades de Cuernavaca ya tomaron cartas en el asunto. Anuncian que los tandeos se espaciarán, por lo que la gente debe ser más responsable y evitar desperdiciar el agua. Esta no es una noticia agradable para varias colonias de la capital que ya se quejaban de escasa distribución de agua potable aunque, por esta ocasión, no le podrán echar la culpa al SAPAC.
La CONAGUA exhortó a los usuarios de las aguas nacionales de los municipios morelenses a implementar las medidas contenidas en el Programa de Medidas Preventivas y de Mitigación de Sequía que corresponda al Consejo de Cuenca en que se ubiquen, es decir, aunque Cuernavaca se haya adelantado, la sequía afecta a toda la entidad.
Por otro lado, la Coordinación de Protección Civil nos alerta que la lluvia de polvo que se ha presentado en varias zonas del estado es ceniza del Popocatépetl que se ha vuelto a hacer presente, y es una ceniza bastante perniciosa porque puede ingresar a las vías respiratorias dado que es más fina que a la que nos tiene acostumbrados don Goyo, por lo que no se debe hacer ejercicio al aire libre hasta que la dirección del viento apunte hacia otro lado, cosa que no va a ocurrir en los próximos días.
Así es que no nos queda más remedio que tener paciencia. Esperar que soplen vientos mejores y que lleguen las lluvias. Y prestar atención a lo que nos quiere decir la madre naturaleza, algo estamos haciendo mal para que esté tan enojada con la humanidad y con los morelenses.
