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Un acercamiento al mundo virtual

Gabriel Humberto Hernández-Bringas Ortiz*

Bienvenides a «Tapiz Social», una exploración quincenal de las dinámicas sociales de nuestro mundo. Soy Gabriel Humberto Hernandez-Bringas Ortiz. Autor de la columna, humano de 20 años, estudiante de filosofía y generalmente una persona con opiniones fuertes pero que intentar estar fundamentadas. Por medio de esta columna, tejeré un tapiz compuesto por todo tipo de temas para crear, desde mi perspectiva, una vista panorámica de los fenómenos que dan forma al mundo. Desde los distintos matices que conforman identidad y comunidad hasta las grandes implicaciones de la justicia y equidad. «Tapiz Social» busca iniciar una conversación con cada publicación, se ofrecerán preguntas con limitadas respuestas para impulsar dialogo y cuestionamiento. En esta ocasión, me ocuparé del mundo virtual.

Hace un tiempo explore diversas aplicaciones de realidad virtual, mi mayor área de interés ha sido en la aplicación VRChat, con años de existencia y millones de usuarios, ha desarrollado su propia sociedad virtual con fenómenos y problemas únicos. Para mi exploración de la plataforma he decidió que el mejor acercamiento es convirtiéndome en un usuario de esta. Las siguientes, son notas sobre esa exploración.

VRChat es una aplicación social que puede utilizarse tanto con tecnología VR como en computadoras de pantalla plana y teléfonos celulares. A pesar de sus gráficos no fotorrealistas (en cuestión de los avatares que ocupan los usuarios), evitare llamarlo un «juego», ya que la comunidad de la plataforma no lo ve como tal, y porque la apariencia de avatares es vital para la expresión de la individualidad de los usuarios.

Hemos sido objeto de grandes promesas de desarrollo en un supuesto metaverso, pero las grandes compañías que han apostado por esta tecnología no han encontrado una forma de atraer consumidores. Con sus promesas de espacios de trabajo virtuales, han incluso ahuyentado audiencias y presentado imágenes casi distópicas del futuro laboral. El público, ha descartado esas promesas de tecnología como algo innecesario. Pero el metaverso no es un sueño, pues en aplicaciones como VRChat han florecido comunidades gigantescas sin apoyo corporativo.

Mi primer contacto con VRChat fue superficial y breve, pero hace unos años decidí profundizar en lo que la plataforma ofrecía. Aunque la aplicación presenta experiencias de entretenimiento únicas y mundos impresionantes, lo que más disfruto es conocer a nuevas personas y observar cómo está viva comunidad internacional ha dado forma a una convivencia y fenómenos culturales únicos.

Uno de los primeros aspectos que llamó mi atención fue la prevalencia del consumo de alcohol en la plataforma. Muchos entornos están diseñados para juegos de fiesta asociados con el alcohol, y existe una presión social para consumirlo. Aunque muchos usuarios consumen alcohol de manera responsable, algunos otros caen en patrones de consumo problemáticos. Aunque claramente es responsabilidad de cada usuario cuidar su consumo, la apertura social dentro de la plataforma ha llevado a que se normalice el consumo excesivo de alcohol y esto lleva a que usuarios que de otra forma no consumirían, caigan en ello.

Otro problema es la presencia de menores en la plataforma que, a pesar de las restricciones de edad, pueden acceder a contenidos inapropiados y estar expuestos a individuos con intensiones nefarias. VRChat no es la única plataforma que sufre de estas problemáticas, muchas otras enfrentan desafíos para evitar que los menores de edad accedan y para protegerlos de participantes malintencionados. Sin embargo, la comunidad de VRChat suele ser proactiva al reportar estos problemas y proteger a los niños.

VRChat es notablemente inclusivo y diverso, proporcionando un espacio seguro para comunidades marginalizadas. Un ejemplo es la creación de un lenguaje de señas propio dentro de la plataforma para facilitar la comunicación entre personas con discapacidades auditivas. Personas con identidades de genero alternativas son libres de expresarse con cualquier apariencia deseada. La libertad de proyectar cualquier apariencia de su persona permite a los usuarios explorar su identidad y personalidad de manera libre y segura, convirtiendo a VRChat en un refugio para la autoexpresión. Una muestra clara de la facilidad de exploración es lo común que resultan los avatares aparentemente femeninos con las voces más masculinas posibles, en este entorno la apariencia de un usuario no dicta su género.

VRChat combina la cultura de los primeros foros de Internet con la interacción en un espacio 3D, proporcionando una convivencia más cercana y humana. A pesar de la presencia de comportamientos negativos y reprobables, como insultos raciales y chistes insensibles, la plataforma fomenta una diversidad impresionante, y una interacción genuina entre usuarios. Los espacios virtuales, creados por los propios usuarios, varían desde visualizadores de música psicodélicos hasta bosques mágicos y torneos de ajedrez, demostrando la creatividad y el potencial artístico de la comunidad. Esta plataforma definitivamente no es para todos y desde mis primeras exploraciones. no he vuelto con mucha frecuencia, pero merece ser experimentada para comprender la singularidad y el impacto positivo que puede tener en sus usuarios.

*Buscador de preguntas y, si se puede, respuestas.