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Jaime Chabaud Magnus


Uno de los mitos más arraigados de la gente de los pueblos de Morelos es que son orgullosos descendientes de los tlahuicas que habitaron esta región de México. Los negros, dicen, llegaron de Guerrero. Mentira. Miles de negros fueron traídos a trabajar en las haciendas cañeras y en la minería. En ambas actividades el indígena no tuvo participación ninguna (casi). Así, no sería raro que uno de estos negros, se dedicara también al teatro.
Reconstruir la historia del teatro en el territorio del hoy estado de Morelos es una de las mil y un tareas postergadas en nuestro estado. Poco o nada se ha escrito de la época colonial a pesar de que sorpresas nos depara el rascar en papeles viejos. En el Archivo General de la Nación, en el ramo Inquisición, Vol. 486 1a Parte, ff. 254r-v, 257r-259v (254259), la investigadora Maya Ramos Smith encontó un proceso que se le siguió al titiritero negro. La causa inicia así (respetamos la ortografía de la época): “1621: Tepoztlán. Testimonio contra Domingo Angola, negro cimarrón, quien hacía bailar y cantar, en lengua congo y en castellano, unos palillos o muñecos. [Al margen:] Del 6 de septiembre de 1621. Recibida en 27 del Padre Fray Alonso de Benavides de la Orden de San Francisco morador en el combento de Cuernabaca. Contra un negro cimarron que tiene y habla con una culebra y la qual le dize lo que a de hazer y anssímesmo un palito que habla y come con el dicho negro y otras cossas.”
A Domingo Angola, pues, se le persiguió por varias razones: por bandolero, por ser un negro cimarrón, por comandar un palenque de negros huidos, por hereje y, muy importante, por hacer teatro. ¿Dónde adquirió el gusto y las habilidades de manipulación de muñecos? No se sabe aunque la propia causa inquisitorial habla de la movilidad entre distintas regiones que tuvo el susodicho Angola. Es muy probable que haya vivido algún tiempo en la capital al servicio de algún español o criollo vinculado con la Casa de Comedias de la Ciudad de México o bien con alguna de las órdenes que practicaba el teatro evangelizador o bien con los jesuitas que hacían del teatro escolar una herramienta.
El proceso que el Santo Oficio de la Inquisición le abrió al titiritero Domingo Angola inició con la denuncia recibida por Fray Antonio de Benavides en Cuernavaca, tuvo seguimiento en Tepoztlán y se le apresó finalmente en Temimilcingo (hoy en municipio de Tlaltizapán). Reproducimos aquí la carta de Benavides respetando la ortografía de la época:
Muy mi Señor
La afficion particular a Vuestra Merced y el preciarme de hijo desse santo tribunal a quien antes y despues de frayle he servido en muchas ocasiones me obliga a avisar a Vuestra Merced como cerca deste convento de Quauhnauac adonde soi morador se an rancheado de pocos años a esta parte algunos negros simarrones de los quales an cogido dos a tres y declaran como su capitan dellos, a quien no an podido prender tiene una culebra que le habla visiblemente y confiessan estos negros presos averlo visto y oido y juntamente un palito del tamaño de un dedo el qual palito habla y come como gente y quando el negro capitan sale a robar fuera de la ranchería primero sale la culebra a ver adonde ay gallinas que hurtar y se lo viene a desir publicamente delante de los demas negros y luego va el y la culebra se queda en guarda de los demas y no los dexa salir de la rancheria hasta que venga el capitan, y quando este duerme se le pone la culebra sobre el hombro (254v) y le despierta quando viene gente y otras cosas a esta traza, el negocio está suspenso hasta que Vuestra Merced me avise y mande lo que devo haser a quien obedeceré como tan afficionado hijo suyo y deste sancto tribunal y para que Vuestra Merced me conosca por tal soy el que hise la causa en Toluca acerca del pleito que mis frailes tubieron con la justicia del marqués adonde se trató de algunas blasfemias que en aquella ocasion dixeron algunas personas cuya comission mostré a Vuestra Merced como a tan señor mio a quien Nuestro Señor me guarde en la dignidad que merece etcétera. Quauhnauac 24 de setiembre de 621.
De Vuestra Nerced afficionado capellan y servidor
Fray Alonso de Benavides [rúbrica]

Los detalles de la persecución que se le montó a Domingo Angola se desconocen pero sí se tienen noticias de que, efectivamente, en donde termina la sierra de Montenegro al sur, por las inmediaciones del antiguo pueblo tlahuica de Temimilcingo, se hallaba un palenque de negros cimarrones. Continuará…

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