Ternura radical un camino para desactivar la crueldad patriarcal
Ternura radical es no desplomarse frente a nuestras contradicciones/Ternura radical es no permitir que los demonios existenciales se conviertan en cinismos permanentes/ Es no ser siempre las mismas, los mismos, les mismes/ Es encarnar in lak’ech…porque tú eres mi otro yo Y viceversa
Dani D’Emilia
Seguramente usted ha leído u escuchado la frase “ternura radical” una frase que es en sí toda una postura política feminista, fue acuñado por Dani D´Emilia y Daniel B. Chávez y, sí se imagina bien, la ternura es la protagonista, como si fuese un ente de superpoderes que es también una barrera para detener y destruir las violencias patriarcales, desde un acto que parece tan íntimo como un abrazo, una frase pequeñita como; estoy para ti, te escucho, un acto casi casi guerrillero, dónde estás voy por ti,(ese dónde estás, entendido como estar en una situación que pone en riesgo la vida) pues si algo nos ha dejado claro un país feminicida, es que a las mujeres amar nos puede costar la vida.
La ternura radical es un camino para desactivar las prácticas crueles del amor en un sistema patriarcal, un acto revolucionario frente a un mundo capitalizado y devorador. La activista y escritora Tessa Galeana, en torno a este término nos dice que: amarnos entre mujeres es revolucionario, es un acto político que nos lleva a reconocernos, identificarnos, hermanarnos, salvarnos y sanarnos entre nosotras.
Este término pone sobre la mesa la reflexión de ¿por qué amamos como amamos? ¿por qué estamos convencidas que en el amor romántico deben existir violencias, para que encaje con la idea de un sistema patriarcal? uno dónde más que amor se construyen relaciones en subordinación. Y tan cierto es que ahora que lo hemos ido patologizando podemos visibilizar y nombrar esas actitudes violentas que se ejercen en el juego de las subordinaciones, o como el patriarcado le gusta llamarle: “amor romántico”.
Le llaman patologías del amor cuando deberían nombrarse como patologías de las violencias disfrazadas de “amor romántico” o patologías en el mundo del (des) amor, frente al love bombing, el ghosting, o desaparecer como un fantasma (expresión que se hizo popular en 2015 a través de numerosos artículos de prensa sobre la ruptura de relaciones de algunos famosos), el cushioning (que básicamente consiste en tener a varias personas en el cojín o en la banca) o el breadcrumbing (que significa, literalmente, ir dejando migajas de pan) y muchos otros, llega: la ternura radical que podemos también entenderla como aprender juntas a ser críticas y amorosas con nosotras y las otras al mismo tiempo, usar nuestra rebelión y nuestra fuerza como una caricia de autocuidado, se instala en la cuerpa principalmente, pero también en el pensamiento crítico a supuestos heredados o establecidos, y nos arropa desde la amora, desde el affidamento, frente, repito, a un sistema que nos convenció de que el amor romántico duele, un sistema que nos convenció de que “las mujeres juntas ni difuntas”, un sistema que nos convenció de odiar y exiliar a las otras y no a los otros quienes rompieron un compromiso en una relación justificando todo en una frase “esa que se le metió por los ojos” desvinculando así cualquier responsabilidad de quien estaba en una relación y decidió comenzar otras.
Así hoy quise compartir ese término que significa una oportunidad para transformar desde la ternura, los supuestos en las relaciones amorosas o filiales o de amistad, radical sí, porque frente a las violencias feminicidas no queda otra defensa que la radical, como lo ha mencionado la periodista Ana Paula VB la ternura radical es una respuesta transgresora ante el sistema que castiga la fragilidad, este término acuñado por colectivas feministas significa reconocer y abrazar cualquier sentimiento que llegue desde el interior de cada una y así poder compartirlo colectivamente en una escucha activa donde la empatía y el cariño acompañan en todo momento. La ternura radical frente a la crueldad patriarcal.
Imagen cortesía de la autora
