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(Nuestras Raíces)

PIEDRA DEL LAGARTO O LAGARTO DE SAN ANTÓN

(Segunda parte)

Tecuetzpallin San Antón Tecuetzpallin

Achto tlacotonyotl

 

Dos calendarios existían entre los aztecas, que determinaban sus ceremonias religiosas. El más importante era el llamado “Tonalpohualli” que consiste en la unión de una serie de veinte signos, con otra serie de números, de 1 a 13, que combinándose los signos y los números de tal manera, que siguen ambas series un orden invariable y que no se repite la misma combinación de signo y número, hasta que han transcurrido 13 x 20 o sean 260 días.

Así la serie de los signos es la siguiente:

Lagarto Mono

Viento Yerba

Casa Caña

Lagartija Tigre

Serpiente Águila

Muerte Zopilote rey

Venado Temblor

Conejo Pedernal

Agua Lluvia

Perro Flor

La serie de los trece números van en orden normal: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13.

Combinando ambas series se obtiene para nombre del primer día “1. Lagarto¸ para el segundo “2. Viento, para el tercero “3. Casa, etc., hasta llegar al día “13. Caña”. El día siguiente se llamará “1. Tigre” el día siguiente “2. Águila”, etc. Cuando se ha llegado al día Flor, se vuelve a contar el día Lagarto, con el número que le corresponde.

Este calendario ritual o Tonalpohualli es una de las invenciones más originales de las culturas indígenas de Mesoamérica. Es antiquísimo, pues lo encontramos usado ya en Oaxaca con la primera cultura que florece en los valles, la que llamamos Monte Albán I, varios siglos antes de la era cristiana, y forma la base esencial de todos los otros cómputos calendáricos de Mayas, Zapotecos, Mixtecos, Totonacos, Huastecos, Teotihuacanos, Toltecas, Tlahuicas, Aztecas, etc.…

Todos los pueblos de Mesoamérica conocían y usaban este calendario, y el día que se llamaba con un nombre en México, por ejemplo: el día “13. Serpiente”, se llamaba con un nombre igual o correspondiente en toda la extensión de Mesoamérica, desde el Pánuco hasta Nicaragua, y desde Sinaloa hasta Yucatán.

Vinieron otros historiadores a seguir analizando este suceso, como Don Alfredo Chavero y Cecilio Robledo, quienes señalaron que esta fecha podría referirse incluso a diferentes sucesos.

Hay una opinión generalizada de expertos en este tema y comentan que el megalito epigráfico señala la fecha de fundación del poblado de San Antón, haciendo énfasis en que los fundadores de la etnia indígena del lugar son los Tlahuicas, ya que coinciden en el año en que se establecieron alli y dejaron como referencia la piedra del Lagarto.

Este megalito se encuentra actualmente mutilado de la cabeza en un intento de destruirlo, por el miedo que existe de que si se encuentra alguna pieza arqueológica en un predio particular el gobierno lo puede expropiar.

Afortunadamente la piedra del Lagarto quedó en el predio del Sr. Miguel Franzoni Castañeda, la cual cedió al museo en 1970.

El Sr. Miguel Franzoni Castañeda fue una persona culta y preparada ya que era periodista, cronista y poeta en su época de Cuernavaca, lo cual ayudó a que el megalito tuviera un mejor destino.

La piedra de la Servilleta no corrió con la misma suerte ya que no se encontró y se dice que fue destruida.

Es de señalar en palabras de testigos, que, al trasladar la piedra en el intento de cargarla con la grúa y las poleas, un cable de acero se reventó, teniendo la piedra del Lagarto en una altura considerable y al caer ocasionó un daño irreparable.

Fuentes de información:

Cuernavaca visión retrospectiva de una ciudad. Publicado en 1994 por Valentín López González.

La web de Google.

Mediateca del INAH.

El Pueblo del Sol. Del escritor Alfonso Caso, pág. 86 a 89.

Experiencias vividas de la familia Tello Franzoni

Anécdotas de infancia jugando en la piedra del lagarto o megalito, como también la experiencia del retiro del megalito, para trasladarlo a su sitio actual.

* Investigación y Narrativa de Claudia Ivón Tello Franzoni.

franzoniclau@gmail.com