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Los libros de texto gratuitos son una de las maravillas de la educación en México. Estos fueron la raíz de mi educación, y los primeros libros que conocí. En mi casa, no había más libros que estos. Recuerdo sentir una tremenda impaciencia mientras esperaba el día de la entrega de los libros. Días antes llegaban a la escuela en grandes cajas de cartón con flejes metálicos. Cuando los repartían, el primer libro que leía por completo era el de historia y civismo, luego el de geografía, y en ese orden dejaba al final el de matemáticas. Las materias de estudio estaban bien definidas y la estructura narrativa era fácil de seguir. En matemáticas, un planteamiento de lo sencillo a lo complejo, con ejercicios complementarios a menudo era suficiente. El enfoque pedagógico tenía al maestro como el personaje central encargado de trasmitir la enseñanza a un grupo de alumnos habitualmente pasivo, cuyo aprendizaje descansaba excesivamente en la memorización. Había poca reflexión, crítica y búsqueda de nuevo conocimiento pero tenía una lógica sin ambiguedades.

Las sucesivas reformas educativas en los últimos 60 años han introducido nuevos conceptos, áreas y métodos pedagógicos que tratan de desterrar la memorización y fomentar el análisis, la investigación y la participación del alumno en la construcción de su propia educación. Este objetivo no se ha logrado del todo, pero hasta ahora se habían respetado la estructura dividida en materias.

La Nueva Escuela Mexicana, creada por el gobierno actual, elimina la estructura de la enseñanza basada en materias, propone vincular la escuela con la comunidad y da un peso importante a una pedagogía basada en proyectos y su resolución multidisciplinaria para construir el aprendizaje y el conocimiento. La expresión de estas ideas se materializó en los nuevos libros de texto gratuitos.

Como sucedió desde su aparición en 1960, los libros de texto gratuitos de ahora han sido rechazados con los mismos argumentos: por tergiversar la historia patria, por la educación sexual, por los errores de fechas y ortografía, por comunistas y doctrinarios, étc. Mucho me temo que estas opiniones dejan de lado la crítica de aspectos fundamentales del contenido de los libros, sus alcances y sus limitaciones. Los especialistas en educación han señalado los aciertos y debilidades del nuevo plan educativo nacional. Para algunos, la Nueva Escuela Mexicana formará comunidades de individuos con mayor conciencia ética y moral, desarrollando un planteamiento muy similar al de las escuelas activas: aprender haciendo. Para otros, los nuevos libros son inoperantes para el aprendizaje de poblaciones tan grandes de alumnos residentes mayoritariamente en núcleos urbanos.

Una mirada crítica a los nuevos libros revela su estructura fragmentaria. Se podría argumentar que esa es su virtud y necesidad, para que el aprendizaje sea participativo e interdisciplinario. Pero el índice mismo de cada libro es únicamente un listado de temas sin integración conceptual, resultando en la combinación de distintos elementos de diversas materias en un mismo libro. Esto hace que la lectura y comprensión de los libros represente un reto tanto para los docentes como para los alumnos. A menos que sean leídos como Rayuela, la novela de Julio Cortázar, pero sin instrucciones. Los objetivos no existen ni tampoco ejercicios de evaluación. Los temas se suceden unos otros en desorden aparente y da lo mismo pasar de los ecosistemas a la explicación de los porcentajes (“el tanto por ciento”, dice en el libro “Saberes” de 5º. Grado) y enseguida al tema de biodiversidad. La biología en estos casos se explica como un glosario de términos sin un esfuerzo por relacionarlos. La ausencia de la teoría biológica y de términos precisos en las descripciones reduce la capacidad de explorar los temas en otras fuentes. La poca distinción entre los conocimientos científicos y los tradicionales acaba trivializando la ciencia. Aunque los proponentes de los libros de texto argumentan que las matemáticas se encuentran incluidas en los proyectos, una revisión de los conceptos aritméticos y geométricos nos deja otra vez una descripción simple y sin valor conceptual.

Los nuevos libros de texto gratuitos tienen también aciertos, como enfatizar la igualdad de género y el cuidado del ambiente, pero pueden y deben mejorarse sin marcos ideológicos. Sobre todo colocando al niño como el objetivo central de una educación de alcance universal.

vgonzal@live.com

Referencia: Del marco curricular al plan de estudio 2022. Voces, controversias y debates. En Perfiles Educativos vol. XLV, núm 180, 2023.