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Una vez más, las vacunas contra la COVID-19 son un tema de discusión pública en el país. El incremento de los casos comunitarios de COVID-19 y el anuncio de la Secretaría de Salud de iniciar en el mes de octubre la vacunación de refuerzo, han puesto sobre la mesa opiniones contradictorias. Por un lado, las autoridades de salud del país tienen disponibles las vacunas Sputnik y Abdalá, y la promesa de disponer en los próximos meses de la vacuna Patria desarrollada en México. Existen dudas razonables sobre la efectividad de estas vacunas contra las nuevas variantes del virus. Sputnik y Abdalá pertenecen a la primera generación de vacunas diseñadas con base a una porción antigénica de la de la proteína de unión del virus al receptor celular. Este par de vacunas no han sido avaladas por la organización mundial de la salud (OMS), aunque se han autorizado y aplicado en varios países, incluido México. Las publicaciones científicas correspondientes a las pruebas de laboratorio y campo de estas vacunas muestran que su aplicación estimula una respuesta inmunológica protectora eficaz.

Una crítica muy seria a las vacunas de primera generación, incluidas las Sputnik y Abdalá, es la posible pérdida de eficacia ante las variantes modernas del SARS-Cov-2. El antígeno tomado en cuenta para su diseño ha cambiado. Desde su origen en Wuhan, China, el virus ha evolucionado originando múltiples variantes como resultado de mutaciones adaptativas en la proteína de reconocimiento y unión con el receptor, así como en otras proteínas de su estructura. Los cambios, probablemente han permitido al virus expandirse con mayor eficacia y evadir la respuesta inmune, incluso en individuos previamente vacunados. Las variantes del SARS-Cov-2 en circulación en este año, denominadas XBB.1.5 y BA.2.86, tienen entre 30 y 35 cambios de aminoácidos entre sí y con ómicron, una de las variantes de dominancia mundial desde el año 2021. Tantas mutaciones sugieren cambios estructurales importantes en el virus y por ende en el perfil antigénico de sus proteínas.

Aunque reportes de las instituciones productoras de estas vacunas señalan que tanto Sputnik como Abdalá, son razonablemente protectoras contra las variantes delta y ómicron, el aspecto importante desde el punto de vista de la vacunación es sí las variantes del SARS-Cov-2 pueden evadir el sistema inmunológico de las personas protegidas con las primeras versiones de cualquier vacuna. Un mecanismo de evasión como este existe en el virus de la influenza para el que cada año se diseñan vacunas basadas en las variantes de probable circulación estacional. El escape inmunológico de las nuevas variantes virales se explica en parte por la noción propuesta por Linus Pauling, científico norteamericano del siglo XX, quien demostró que los anticuerpos y su antígeno respectivo son absolutamente complementarios, como un “guante a una mano”. Es de esperarse entonces, que los cambios en la estructura del antígeno afecten la complementariedad y el reconocimiento del anticuerpo.

Desde luego, las vacunas bivalentes de mRNA pueden dan una mejor protección inmunológica puesto que producen antígenos contra la forma prototípica del SARS-Cov-2 (tipo Wuhan), y de alguna de las variantes en circulación. Ninguna de estas vacunas está disponible en el país. Las autoridades de salud han dicho que vacunas de nueva generación podrán ser importadas y comercializadas por el sistema farmacéutico una vez cumplan los requisitos regulatorios para su uso y distribución. Habrá sectores de la población que puedan comprar las vacunas modernas. La población mayoritaria habrá de vacunarse con la opción suministrada por las autoridades de salud del país. Ante tales disyuntivas, vacunarse con las alternativas disponibles es una opción preferible que no hacerlo. La dependencia de vacunas producidas por otros países limita garantizar el derecho a la salud de toda la población. En México necesitamos un sistema de vacunación moderno basado en evidencias científicas. No lo podemos hacer sin una política científica robusta, incluyente y con soporte financiero de largo plazo.

vgonzal@live.com