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“…Y a las diez del día llegamos a Guastepeque,… y en la casa de una huerta del señor de allí nos aposentamos todos, la cual huerta es la mayor y más hermosa y fresca que nunca se vio, porque tiene dos leguas de circuito, por medio de ella va una muy gentil ribera de agua, y de trecho a trecho, cantidad de dos tiros de ballestas, hay aposentamientos y jardines muy frescos e infinitos árboles de diversas frutas y muchas hierbas y flores olorosas, que cierto es cosa de admiración ver la gentileza y grandeza de toda esta huerta.” Con esas palabras Hernán Cortés describía Oaxtepec a Carlos V en su Tercera Carta de Relación en 1522.

El siglo XX en Oaxtepec está marcado por la construcción del Centro Vacacional (CVO), megaproyecto impulsado por el Estado y encomendado al Instituto Mexicano del Seguro Social. A mediados de los años 60´s iniciaba en México el turismo de masas y Morelos fue epicentro de ese suceso. Los turistas eran atraídos por los numerosos manantiales de aguas cristalinas, dulces y sulfurosas además de la exuberante vegetación con árboles frutales aunado al legado prehispánico que hacían más atractivo a Oaxtepec. En 1964 año en que se inauguró el CVO ninguno de los casi 800 habitantes de Oaxtepec podía siquiera imaginar las consecuencias que esto traería en el largo plazo.

Con la llegada masiva de turistas y la falta de infraestructura para albergar a los miles de visitantes, de los que en algunos periodos vacacionales se contabilizaron hasta por millones, comenzó la especulación de tierras. Las primeras casas de descanso y posteriormente los fraccionamientos hicieron su aparición en la comunidad, construidos sobre las antiguas huertas y tierras de cultivo. Con su llegada, también se crearon nuevas fuentes de empleo en el ramo de la construcción y posteriormente en la jardinería ¿Cómo eso podría afectar a Oaxtepec? Al contrario, parecía ser benéfico para sus habitantes, más ingresos y un estilo de vida más cómodo que el pesado trabajo en el campo.

Los nuevos desarrollos requirieron de servicios básicos para poder albergar a sus inquilinos, la red hidráulica construida por el CVO comenzó a ampliarse, pero había tanta agua en la comunidad que dotar a nuevas casas con el vital líquido no representaba algún inconveniente. Los verdaderos problemas comenzaron cuando habitantes de la comunidad motivados por obtener beneficios económicos personales vendieron factibilidades de agua sin consideración alguna y fraccionadores con otros intereses que construyeron nuevos desarrollos inmobiliarios. Se perforaron pozos para sus fraccionamientos y lenta pero sistemáticamente el flujo de agua se hizo notar. Así los “ojitos de San Juan” uno de los manantiales principales de Oaxtepec fue desecado. Hoy resulta curioso que cuando falla o se da mantenimiento al pozo principal del Fraccionamiento Lomas de Cocoyoc, el agua vuelve a correr por San Juan, sin que alguna autoridad intervenga en ese caso.

Con el tiempo y con una densidad poblacional que supera a las 7000 personas y contando, asistimos a la desecación de aquello que tanto maravilló los tlahtoanis mexicas, así como a los conquistadores españoles. El agua de Oaxtepec se está agotando. Hace unas cuantas semanas, “Los Cantaritos” el último manantial de agua corriente en el centro de la comunidad comenzó a presentar una drástica disminución. Mientras hace un par de años tenía un flujo de 26 litros por segundo (el cual también era poco si se compara con décadas atrás) hoy solo brotan 6 litros por segundo. Otro dato alarmante es que mientras padecemos una profunda crisis por la falta de agua, a escasos 300 o 400 metros en línea recta de “Los Cantaritos” un nuevo fraccionamiento cuenta con impresionante un lago artificial para el disfrute de sus inquilinos. La pregunta obligada es ¿Cómo hicieron para llenarlo? ¿De dónde salió esa agua?

No, la culpa no es de quienes viven en los fraccionamientos, los verdaderos responsables son aquellas personas en que el interés económico está por encima del bien común, incluso cuando ellos mismo lleguen a verse afectados por sus decisiones, desde autoridades locales pasando por las municipales, estatales y federales. El llamado de atención es para las autoridades, a poner fin a esas prácticas extractivas que perjudican a las comunidades y benefician a quienes

poseen importantes sumas de capital. Lo que se inició como un proyecto en beneficio de Oaxtepec a través de los recursos que ofrecía el turismo ha devenido en una grave alteración del equilibrio ambiental. El uso desmedido de sus recursos hídricos está destruyendo los elementos naturales que caracterizaron a un pueblo por la abundancia de biodiversidad. Tomar cartas en el asunto no es una opción, se trata de una imperiosa obligación ante un conflicto que puede estallar.

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Relación Geográfica de Oaxtepec / cortesía del autor