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“Al llamado de Zapata la mayoría de los peones se le sumaron”: Francisco Gutiérrez Aragón

-Encuentro con la historia-

(Tercera parte)

 

Sigo con esta interesante entrevista. “Quiero decirle Lya que Jonacatepec también se destaca por otros valores. Mire Ud. muy cerca se halla también la Hacienda de Santa Clara de Montefalco creada en 1616; durante la Revolución fue quemada en su totalidad, sin embargo, sus herederos muy relacionados con los jesuitas salvaron el casco, lo volvieron a rehacer y lo pusieron a disposición de una orden religiosa que hoy presta servicios educativos a la comunidad.

“Aquí en pleno centro de la cabecera municipal está el Convento de San Agustín, erigido en 1557 que cuenta con el mayor atrio de todo el estado, así lo diseñaran los españoles, imagínese las procesiones que por aquí pasaban antes de la conquista rumbo a sus adoratorios prehispánicos, no hay que olvidar que esta fue una zona Olmeca luego Tlahuica. Por cierto, lo comenzaron a reconstruir y desconozco por qué no concluyeron los trabajos.

“Y tenemos a varios notables jonacatepequenses, entre ellos a mi tío abuelo, el científico don Agustín Aragón y León (Jonacatepec 1870-Cd. de México 1958) que fue tan destacado que está enterrado en la Rotonda de las Personas Ilustres en la capital del país”.

Por favor don Francisco, hábleme un poco de él, de su tío abuelo. ¿Cómo surgió a la vida política?

“Verá, luego de cursar sus estudios primarios en el pueblo, con el tiempo llegó a ser profesor por oposición, dio cátedra de mecánica y cosmografía en la Escuela Preparatoria de la Cd. de México. En la de Ingenieros impartió matemáticas superiores y economía política. En el Colegio Militar dio física experimental y en la de Agricultura y Veterinaria, meteorología, climatología e historia natural agrícola del ganado mayor y menor. Por el perfeccionismo que hizo del calibrador Vernier (que es un instrumento de medición utilizado para determinar dimensiones con una gran precisión), Porfirio Díaz le regaló una casa en la colonia Santa María La Ribera. Investigador nato, en una ocasión subió al Popocatépetl y acampó unos días en el cráter para medirlo, en ese entonces no había fumarolas.

“Colaboró en la obra monumental ´México y su evolución social´. Fue diputado federal por su tierra natal durante 10 años y candidato a gobernador. Fue miembro de número de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Ingresó al Ateneo de la Juventud y a la Academia Mexicana. Como ingeniero especialista en geografía se integró a la Comisión de Límites entre México y Estados Unidos y junto con otro morelense don León Salinas trazó el paralelo 37° 47´ de latitud Norte, como quedó asentado en el tratado de la Mesilla.

“En cambio a mi abuela, al quedar viuda no le fue nada fácil la vida desde que estalló la Revolución. Pero a pesar de que su esposo y suegro trabajaron en la Hacienda de Santa Ana Tenango, cuando Zapata y Villa entran a la ciudad capital, en diciembre de 1914, el pagador mayor del Ejército Libertador del Sur (ELS) era un Jonacatepequense que, como en un pueblo todo se sabe, conocía el pasado familiar de mi abuela en Santa Ana Tenango, sin embargo, le dijo a Otilio Montaño que su viuda estaba en México y que su hijo mayor o sea mi padre Fco. Gutiérrez Hormigo al que Ud. Lya entrevistó hace poco más de 40 años, mantenía a su madre y hermanos.

“Y como mi padre desde niño sabía leer y escribir muy bien por venir de familia de docentes, el pagador le propuso a Montaño que lo integraran a las fuerzas de Emiliano Zapata para que le ayudara a hacer cuentas. De esa manera antes de trabajar en Iztapalapa, el tiempo que la tropa sureña estuvo en la capital del país arreglando asuntos, mi padre pasó a ayudarlos en las cuentas, mientras, atento, escuchaba lo que le contaban”.

Don Francisco ¿en ese entonces de dónde obtenía el pagador del ELS, el dinero para sufragar pagos y gastos a la tropa zapatista?

“Mi padre me llegó a platicar que los zapatistas le contaron que algunas veces tomaban lo que encontraban en buenas casas abandonadas o semi abandonadas, pero eso hay que entenderlo, era la Revolución. En otras ocasiones la misma gente, el mismo pueblo les ayudaba por eso Venustiano Carranza, en 1917 ordena el desalojo de Cuernavaca, desesperado por no poder acabar con Zapata. Otras veces, pedían préstamos a gente adinerada pero conocida del Jefe Zapata, dicen que el hacendado don Nacho de la Torre y Mier, con el que trabajó como amansador de sus caballos, lo ayudó en el arranque de su levantamiento.

“También hubo gente de la Cd. de México que los llegó a apoyar. Y aceptaban porque de algún modo tenían que alimentar a la tropa conformada por ex peones de las haciendas acompañados de sus familias, los que al llamado de Zapata, abandonaron sus trabajos para sumarse a la Revolución. Al famoso Antonio Barona, que fue peón en la hoy llamada Hacienda de Cortés en Jiutepec, de allí salió muy jovencito para unirse a Zapata y por su arrojo lo apodaron “el granito de oro” y con el tiempo, ese “granito” llego a ser general del ELS”. Terminamos el próximo miércoles.

Casa en medio de cuarto

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Uno de los pasillos de la casa familiar en Hidalgo 7, en pleno centro de Jonacatepec. Foto cortesía de la hija de don Francisco Gutiérrez Aragón, la escritora Silvia Elena Gutiérrez Rojas.