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Al cumplirse tres décadas desde la entrada en vigor de la Norma Oficial Mexicana NOM-043-SEMARNAT-1993, que establece los límites máximos permitidos para las emisiones de partículas sólidas de fuentes fijas en el país, observatorios de calidad del aire y ecologistas en México hacen un llamado urgente a revisar la regulación de emisiones en el país.

En un comunicado, el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire de Morelos señala que a pesar de los notables avances en la comprensión de la contaminación atmosférica y sus impactos en la salud pública y el medio ambiente, esta norma ha permanecido prácticamente inalterada desde su implementación en 1993.

A pesar de que México ha suscrito compromisos para reducir las emisiones con el fin de combatir el cambio climático, la falta de regulaciones efectivas en las emisiones se ha convertido en un obstáculo importante para limitar la contaminación proveniente de fuentes fijas. Esto va en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para mejorar la calidad del aire.

Según el Instituto de Evaluación y Medición de Salud (IHME), la exposición al material particulado fino (PM2.5) en el aire exterior se vincula con más de 36 mil muertes anuales en México.

Para cumplir con los compromisos climáticos y proteger tanto la salud humana como el entorno natural, resulta crucial actualizar las regulaciones obsoletas y establecer estándares más rigurosos para las emisiones de partículas sólidas. La salud de la población mexicana y la lucha contra el cambio climático requieren acciones concretas en esta dirección.