“¡Ni que fuéramos a robar, carajo. Ustedes ya se van a ir y nosotros somos el pueblo!”, resonó la voz en la entrada de Palacio de Gobierno durante de guardias de seguridad que causó lesiones a una maestra jubilada que, junto con sus compañeros buscaba ingresar al recinto para una mesa de negociación en la que buscaban resolver el retraso en el pago de primas de antigüedad de la que culpan a Eliacín Salgado de la Paz, director del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) a quien acusaron de desvío de recursos.
Durante la mañana de este jueves, un grupo de maestros jubilados se presentaron a Palacio de Gobierno para manifestarse y pedir que se recuperen los cheques de prima de antigüedad para tres mil 100 de ellos que el IEBEM alega haber extraviado. Además, los jubilados se quejan del pago tardío para el resto de los once mil beneficiarios de la prestación que se realiza hasta mayo, a pesar de que se había programado en abril, los maestros acusaron que “se están jineteando el recurso”.
Los docentes en retiro aseguraron que primero buscaron a Eliacín Salgado en el IEBEM, pero se negó a recibirlos; luego decidieron acudir a Palacio de Gobierno para buscar audiencia con el secretario de Educación, pero se les negó el acceso.
Cuando los maestros pretendieron entrar, guardias de seguridad intentaron cerrar la puerta. Los manifestantes buscaron empujarla para abrir y uno de los guardias ordenó a otro “Mira, Braulio, tráete la cadena que está allá y pónsela”, a lo que una maestra respondió “¿cómo cadena si es la casa del pueblo”, y continuaron los intentos para abrir.
El argumento no sirvió “¡ponle la cadena!”, y su obediente compañero fue por el pesado metro y medio de eslabones, manoteó con las maestras a través de los espacios de la reja para abrirse paso mientras una voz advertía “estamos filmando el trato que le están dando”.
La nueva advertencia tampoco sirvió, el probablemente llamado Braulio, con su camisa adornada con los logos de la administración de Cuauhtémoc Blanco, obedeció a una tercera orden “ponle la cadena, pues”, y atravesó la cadena para cerrar en la maniobra aprisionó la mano de una de las maestras (Isabel), a quien causo lesiones. “La están encadenando a la maestra Chávez, ¿por qué la están agrediendo? ¡La están agrediendo!”. Pero a Braulio poco le importaban las quejas, puso la cadena con todo y mano de la maestra y trató de cerrar la puerta sobre el pie de otra.
“Ve mi pie”, reclamaba; “saque el pie señora”, le ordenaban los guardias. “No, no lo voy a sacar porque tú me lo estás machucando”, acusaba a Braulio quien finalmente logró cerrar la puerta y, después de las lesiones infringidas a las dos maestras, poner la cadena para detener el paso del grupo de jubilados.
