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El secretario municipal, Carlos de la Rosa Segura, acusó la operación en Cuernavaca de hasta 60 cantinas clandestinas, que no tienen ningún tipo de permiso, autorización o razón social, en una de ellas ocurrió el ataque armado de esta semana que provocó la muerte de dos personas y heridas a otras dos en la colonia Antonio Barona.

El pasado miércoles, el alcalde, José Luis Urióstegui, advirtió que el Ayuntamiento de Cuernavaca endurecería los operativos para sancionar y clausurar a bares y centros nocturnos que incumplieran la norma. Estas violaciones van desde el ruido excesivo, la operación fuera de los horarios máximos y permitir la entrada de menores de edad, por ejemplo, hasta la falta de documentación que autorice su operación, en cuyos casos se procedería a la clausura inmediata y definitiva.

A unas horas de la declaración del alcalde, el secretario municipal pinta el panorama de la operación de bares en Cuernavaca, donde hay entre 240 y 250 establecimientos de este tipo, de los que un centenar tienen licencias antiguas con permisos para funcionar en horario extendido, algunos de ellos hasta las tres de la mañana, otros sólo hasta la una. De este grupo de bares, algunos generan molestias a la ciudadanía “por ese horario extendido, por el ruido, pero finalmente se les han concedido los permisos para poder operar”.

Algunos de estos bares, particularmente los instalados en la Unidad Morelos, aun con la autorización de horario extendido siguen operando después de las horas establecidas.

Entre noventa y cien más de estos negocios están en regla, pero no tienen autorización de extender su horario por lo que deben cerrar entre las nueve y las once de la noche.

Pero hay casos como el bar que operaba en la colonia Barona hasta la noche del ataque armado, “acaban de reportarme otro en la (colonia) Satélite, entonces calculo que serán como 50 o 60 que no tienen ningún permiso, ninguna autorización, ninguna razón social y operan como cantinas clandestinas”.