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Josefina Vergara Sánchez ha dedicado su carrera a la investigación y tratamiento de aguas residuales. Con formación académica en Ingeniería Química, complementada con estudios de posgrado y un doctorado en Ciencias Aplicadas e Ingeniería, la Dra. Vergara se ha enfocado en la caracterización y tratamiento de aguas residuales, particularmente en el estado de Morelos.

El agua residual es aquella que está contaminada o que tiene sustancias fisicoquímicas y biológicas que alteran la biodiversidad de los cuerpos acuíferos y que nosotros como humanos no podemos disponer de manera directa.

De acuerdo con Josefina Vergara, el cuerpo de agua más contaminado en Morelos es el Río Cuautla, al que en conjunto con su cuerpo académico Química y Física del Ambiente han monitoreado durante los últimos 3 años, y donde han encontrado sustancias persistentes que no se degradan tan fácilmente y que al recorrer el rio, pasan por diferentes cambios de PH o radiación solar lo que los descompone, haciendo más complejo el proceso de purificación del agua; entre otras: estrógenos, que pueden afectar a peces y humanos.

Hacia nuevos procesos de purificación

La investigación de Josefina Vergara se centra en los procesos de tratamiento de aguas contaminadas industrialmente por sustancias textiles como los colorantes o algunos fármacos, que no son tan fáciles de degradar con los procesos convencionales.

Estos procesos consisten en una primera etapa que es física, se retira toda la materia grande, tierra, arena; seguido del proceso biológico, que es a través de bacterias, las cuales se comen los contaminantes; posteriormente el tratamiento terciario que es la desinfección, sin embargo hay contaminantes que no se degradan en esa etapa, es por ello que se utilizan otros procesos avanzados de oxidación, que atacan la materia orgánica, fragmentándola hasta llegar a la mineralización, comenta, que de estos procesos también salen sustancias o metales que no se poden degradar, simplemente concentrar y de esa forma poder retirarlo del agua.

Ella nos explica: “En el laboratorio identificamos primero, la concentración y el tipo de contaminante, en el caso de contaminantes textiles utilizamos un proceso avanzado de oxidación foto fenton, […] vamos monitoreando a través de la espectrofotometría, que es un equipo en el cual vamos viendo el cambio de color del agua, hasta que llegue a transparentarse, […] pero esto no asegura que el agua esté totalmente libre de residuos, es necesario hacer una prueba de carbono orgánico total; el agua solo tiene hidrógeno y oxígeno, si encontramos algún porcentaje de carbón nos indica que aún tenemos algún contaminante en el agua”.

Sin embargo, esta agua tratada, no se puede regresar a un cuerpo de agua receptor (ríos, caudales, pozos, etc.) hasta pasar por otro proceso para regular su PH, esto para evitar afectar la vida acuática o la vegetación del cuerpo de agua receptor; naproxeno e ibuprofeno; y bisfenol, una sustancia industrial para tratar plásticos que afectan al cerebro, la próstata y está asociado al aumento de presión arterial, diabetes tipo dos, y enfermedades cardiovasculares.

 

El riesgo de los contaminantes del Río Cuautla

A través de estos monitoreos en diferentes puntos del río Cuautla, han identificado la presencia de varios contaminantes persistentes entre los que se encuentran: el 17β-estradiol (Alfa beta estradiol), un estrógeno derivado de las pastillas anticonceptivas que puede alterar el sexo de los peces y, en grandes cantidades, ser dañino para los humanos (Josefina Vergara); el BPA (Bisfenol-A), es una sustancia química utilizada para la fabricación de plásticos duros y resistentes, pero delgados, se emplea en una gran cantidad de productos, La Alianza por la Salud Alimentaria  que es un conjunto de asociaciones civiles, sociales y académicas preocupados por los problemas del sobrepeso y obesidad en México, cataloga esta sustancia como un elemento que altera el funcionamiento normal del sistema hormonal, ocasionando diversos daños a la salud de las personas, como el riesgo a desarrollar diabetes y obesidad, y en el caso de las mujeres embarazadas, afectaciones en el desarrollo del feto, al no poder metabolizar esta sustancia; Medicamentos como Naproxeno e Ibuprofeno, estos medicamentos de libre venta son consumidos en grandes cantidades y terminan en los cuerpos de agua debido a un drenaje inadecuado o se filtran al río a través del lixiviado, que es líquido que sale de la basura que llegan a tirar en el río.

Impacto en la población

La investigadora comenta que la presencia de estos contaminantes en el agua tiene efectos graves en la salud humana, comenta que muchas veces el organismo no asimila o no digiere estas sustancias llegando a dañar órganos como el hígado y los riñones, además podría modificar al medio ambiente de la zona y afectar la fauna acuática. Vergara menciona: “El uso recreativo de estas aguas por la población incrementa el riesgo de exposición a estos contaminantes, lo que representa un peligro significativo para la salud pública”.

Menciona que aunque el estado trabaje en el control y regulación de la generación de residuos, especialmente de las industrias, la población debería acatar cierta responsabilidad también, “La urgencia de tratar el agua residual de nuestros cuerpos acuíferos es inmediata, tenemos que ser más conscientes a la hora de desechar los medicamentos, llevar los medicamentos caducados a un centro de acopio, verificar que las fosas sépticas de nuestras casas estén funcionando bien, […] hay que evitar tirar y concentrar nuestra basura en los ríos, en estas temporadas de lluvia, hay más riesgo de filtraciones de sustancias toxicas”.

Contribuciones

La importancia crítica del tratamiento de aguas residuales para proteger la salud pública y el medio ambiente es un llamado a la población en general a usar estrategias del cuidado del agua, pero también a las autoridades estatales a implementar las nuevas tecnologías y procesos que se generan en los cuerpos académicos de investigación de la universidad del estado. el trabajo de Josefina Vergara en las aguas del Río Cuautla es un ejemplo del tipo de innovación necesaria para enfrentar los desafíos ambientales contemporáneos, su trabajo proporciona un camino hacia la mejora de la calidad del agua en el estado de Morelos.

Josefina Vergara es profesora Investigadora de tiempo completo, responsable del Laboratorio de Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ciencias químicas e Ingenierías, de la UAEM, realizó una estancia Posdoctoral en el Centro de Investigación en Energía (CIE-UNAM), pertenece al nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores SNII; fue la primera Directora de la Escuela de Estudios Superiores de Xalostoc, así como la fundadora del Laboratorio de Análisis y Sustentabilidad Ambiental de la Escuela de Estudios Superiores de Xalostoc (EESX). Actualmente es miembro de la mesa directiva de La Academia de Ciencia de Morelos y pertenece al Núcleo Académico Básico de la Maestría y Doctorado en Ingeniería Ambiental y Tecnologías Sustentables.

Una roca en el pasto

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El vado de Las Brisas en el Río Cuautla. Foto: Archivo UAEM

Sin atender, contaminación en el Río Cuautla - LA JORNADA MORELOS

La contaminación en el río es evidente. Foto: Archivo La Jornada

Rescatemos el Río Cuautla

Toda clase de contaminantes químicos y biológicos se arrojan al río. Foto: Cortesía Aquator Archivo

Mujer sonriendo en un cuarto

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Josefina Vergara investigadora a cargo de la búsqueda de nuevas técnicas de tratamiento de aguas. Foto: Jazmin Aguilar

 

Edificio con letrero en frente

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El Laboratorio de la UAEM donde se monitorean, hace tres años, los contaminantes del Río Cuautla. Foto: Jazmin Aguilar