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Invasores que, a finales de los años 90, comenzaron a ocupar barrancas y áreas de extensión para servicios de la Unidad Habitacional José María Morelos y Pavón en Jojutla, se quejaron ayer de haber sido despojados por otros miembros de su propio gremio, que son trabajadores y ex trabajadores del ingenio Emiliano Zapata en el municipio vecino de Zacatepec.

Ante los medios de comunicación, los denunciantes manifestaron que se sienten desamparados por las autoridades municipales en esta situación de los terrenos en conflicto. No obstante, reconocen que este problema es similar a otros en la región sur de Morelos, como Palo Prieto en Tlaltizapán y Palo Grande en Tlaquiltenango, donde otros asentamientos son considerados irregulares, como han establecido en diversas reuniones con las autoridades.

Cirilo Herrera Avelar, comisionado para apoyar a los compañeros que han sido invadidos, solicitó que el ayuntamiento continúe interviniendo en el problema. Acusó a su excompañero, también de origen obrero, Pablo Castañeda, de ser violento y prepotente, y manifestó preocupación por su comportamiento, ya que incluso los ha amenazado con un arma de fuego en diversas ocasiones. Afirman que Castañeda ha revendido terrenos, una denuncia que tiene al menos 15 años sin resolverse.

Es importante mencionar que estos terrenos fueron ocupados a finales de los años 90, después de que fracasaron en su intento de ocupar otros terrenos en la comunidad de Galeana, debido a la resistencia de los ejidatarios y vecinos. La ocupación de tierras siempre fue dirigida por la sección 72 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera de la República Mexicana. En aquel entonces, el primer dirigente local, el extinto Aurelio Betancourt Barrera, encabezó la ocupación ilegal de tierras en Galeana. Posteriormente, otros líderes sindicales hicieron lo mismo en la Unidad Morelos. Este conflicto ha llevado a enfrentamientos grupales masivos, denuncias penales y ha tenido intervenciones gubernamentales estatales y municipales infructuosas, lo que ha permitido que los ocupantes continúen en los terrenos, incluso construyendo en las barrancas a pesar de estar prohibido.

Jesús Gustavo López Herrera informó que una persona apodada «Tiburón» invadió su terreno, amenazándolo con un machete y un arma de fuego. Su esposa también compró un terreno en la misma área, pero hace aproximadamente un mes y medio, Pablo Castañeda invadió su terreno y derribó una barda, iniciando así una carpeta de investigación. Además, otro terreno que López Herrera vendió a su cuñada fue posteriormente invadido, y todo lo que ella construyó para cercar el terreno, fue destruido.

Irma Arias Ortega también denunció a Pablo Castañeda, quien invadió su terreno y le dijo que no se lo devolverá. A pesar de tener documentos que la acreditan como propietaria, ha estado luchando por su terreno durante dos años.

En las reuniones que han tenido con autoridades locales y estatales en más de 20 años, se desprende que nunca podrán tener un título de propiedad en dichos terrenos que fraccionaron ellos mismos con el respaldo de su sindicato azucarero, porque lo hicieron en barrancas y tendrían que hacer un cambio de uso de suelo y éste nunca podría darse por lo mismo que son barrancas, no aptas para construir.

 

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Foto: Hugo Barberi