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Mildred Maluti Lúa*

Agradezco a La Jornada Morelos por visibilizar y dar seguimiento a la importancia y necesidades de la comunidad afrodescendiente, permitiéndome darle voz desde mi perspectiva como Primera Representante Afromexicana reconocida en Morelos, siendo necesario aclarar que mi representación es únicamente en el municipio de Temixco, lo comento ya que en el editorial del 11 de mayo se me mencionó como representante de la comunidad afrodescendiente en Morelos, y esa figura estatal no existe.

También quiero hacer la aclaración respecto a que nunca mencioné que impugnaría a los candidatos que se posicionaron por acción afirmativa afromexicana, manifesté que en caso de tomar esa acción, sería algo que consultaríamos y valoraríamos como comunidad.

Ahora, abordando el tema del editorial referente a nuestros derechos político- electorales, las personas afromexicanas en Morelos, no fuimos tomadas en cuenta para cargos de representación popular este proceso electoral. A pesar de haber luchado por ello, y habiendo presentado con la debida anticipación mecanismos de autoadscripción calificada, no se tomaron en cuenta.

Uno de los mecanismos solicitados, y el más importante, fue el conocimiento y trabajo por la comunidad. Trabajo que debería contar con una antigüedad mínima de 2 o 3 años.

Desgraciadamente el requisito del autorreconocimiento mediante la carta bajo protesta de decir verdad, nos dejó en una situación de extrema vulnerabilidad, logrando que personas que hemos trabajado por la comunidad no estemos posicionados en espacios de representación y toma de decisiones, que nos permitan lograr verdaderos cambios y avances para comenzar a reparar los daños que nos han causado los 500 años de invisibilización, logrando que el racismo sistémico y la discriminación continúen negando el acceso a nuestros derechos.

Particularmente, apliqué para ocupar cargo de representación en un partido que solicitaba presentar evidencia de trabajo si se pretendía aspirar por acción afirmativa, y a pesar de acreditar mi trayectoria y trabajo por la comunidad en diversas organizaciones y colectivas a nivel estatal, nacional e internacional, el partido no me tomó en cuenta. Posteriormente me invitó otro partido, llevé toda la documentación, completando los documentos de registro y nunca volví a saber de ellos, de igual manera me dejaron fuera.

Desgraciadamente hasta el día de hoy, no se otorga el reconocimiento a nuestras aportaciones en el ámbito social, político, económico y cultural, las cuales han sido fundamentales en la construcción de lo que hoy es México. A las personas afromexicanas, alcanzar el goce de nuestros derechos nos sigue costando el doble.

No basta un reconocimiento constitucional federal, que por cierto se dio apenas hace cinco años, necesitamos que se construya desde nuestras voces, es por eso que debemos figurar en espacios de poder debidamente representados, especialmente las mujeres ya que la desigualdades nos siguen pesando aún más. Las personas, pueblos y comunidades afrodescendientes sólo aparecemos muy de vez en cuando en el discurso o para la foto, pero de ahí no pasa.

*Licenciada en Derecho con Posgrado en Relaciones Mercantiles Internacionales, integrante de diversas colectivas defensoras de DDHH. Primera Autoridad Representante Afromexicana en Morelos, electa en el municipio de Temixco.