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Lyn Barberi

El teatro del Centro Cultural Teopanzolco abrió sus puertas para la última presentación en este mes al aclamado concierto “El Fantasma de la Ópera”, luego de sus dos exitosas presentaciones ofrecidas en el pasado mes de abril a un público cuernavaquense que respondió con gran ovación al concluir el espectáculo en esta sede instalada en suelo prehispánico.

Adaptación al español del musical “The Phantom of the Opera”, escrito por el británico Andrew Lloyd Webber, compositor de grandes obras como “Jesus Christ Superstar” y ”Cats”, y Charles Hart.

El vestíbulo del teatro recibía a al público con una atmósfera identificada con el espectáculo, personal con máscaras y playeras de la misma, anuncios, información… Las notas de la música en el fondo sumaban un ambiente elegante y mítico, haciendo que la espera en la sala se cargara de expectativa.

La orquesta dirigida por José Luis García Santana rompió el silencio con la muy conocida “obertura” que identifica en forma clara en todo el mundo a “El Fantasma de la Ópera”, que en esta ocasión, siendo un concierto, se omitió la fastuosa escenografía y trucos escénicos para apreciar la obra y las voces a plenitud.

El escenario se iluminó por un peculiar juego de luces que se hicieron presentes de inicio a fin, teniendo como protagonistas a los talentosos, Omar Ramírez, como fantasma, y a Camila Castellanos, en el papel de la hermosa protagonista Christine Daaé.

Como primer acto le seguimos el paso al personaje de “Christine” deslumbró con su angelical voz su interpretación “Piensa en mí”, ganando un mar de aplausos. Uno de los momentos emblemáticos fue cuando el fantasma se hizo presente en medio de uno de los palcos, sorprendiendo a los espectadores que respondieron con los aplausos y ovaciones.

El corazón del espectáculo fue cuando ambos artistas interpretaron la canción más icónica del musical “El fantasma”. Las voces poderosas del coro, quienes desde las escaleras de extremo a extremo de la sala, capturaron la atención del público.

Dando entrada al personaje del Raúl, el Vizconde de Chagny, interpretado por Aldair Díaz, cautivó con su voz junto con el personaje de Christine, quienes cantan “Solo eso pido yo”, donde ambos personajes declaran su amor y se convierten en prometidos, un momento profundamente conmovedor.

Sin duda, una experiencia hipnótica, misteriosa y apasionada, y como si eso fuera poco, durante dicho descanso comenzó a llover… esto enriqueció a la experiencia.

En el segundo acto, el silencio se apoderó de los espectadores una vez que los violines dieron entrada al fantasma que cantaba “Ya no habrá más vuelta atrás”. La pasión y la tensión aumentaron cuando ambos protagonistas unieron sus voces.

Al concluir el concierto, una vez que el telón cayó por vez última, la sala se iluminó mostrando a los espectadores que aplaudían de pie, una explosión de ovaciones que generaban un sonido poderoso que retumbaba en el teatro.

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Foto: Libni Vadillo