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Erick Abraján Juárez

A pesar de que el comité organizador de la celebración del 303 aniversario de la Feria de Tlaltenango simbólicamente clausuró las oficinas de Bienes Comunales y la Ayudantía Municipal, las autoridades auxiliares se mantienen renuentes a entregar los enseres necesarios para seguir con los preparativos.

Según María Patricia Rodríguez Flores, tesorera, desde el pasado sábado han surgido varios enfrentamientos con el ayudante municipal, quien se niega a reconocerlos como comité organizador. Esto ocurre debido a la existencia de otro grupo que también aspira a liderar la organización de la festividad patronal, lo que ha generado una disputa entre ambas facciones.

«El sábado solicitamos materiales para la realización de la feria, pero al no recibir atención, decidimos llevar a cabo un bloqueo. Hoy regresamos tras recibir una respuesta prometida a través de un oficio que presentamos. Sin embargo, su grupo se llevó incluso al perro», afirmó Rodríguez.

Cuando le consultaron por qué no accedía a entregarles los equipos de escenario y el material eléctrico solicitado, el ayudante manifestó que ya habían sido requeridos por otro comité. Esto implica que no reconocía la autoridad del comité actual.

Por otro lado, Edberto Bobadilla Vidal, también tesorero designado por asamblea en la Ayudantía Municipal, explicó que los integrantes del comité se han responsabilizado de la organización de numerosas festividades en el poblado, como las de la Iglesia del Sagrado Corazón, de Jiquilpan, San Jerónimo, el Día de las Madres, el Día del Padre, el Día del Niño, entre otras. En estos casos, los comuneros elegidos según usos y costumbres no intervienen, lo que hace suponer la existencia de intereses ocultos.

«Curiosamente, este comité designado por usos y costumbres solo aparece 15 días antes de la Feria de Tlaltenango. Contamos con documentación oficial que nos acredita como integrantes del comité. En este punto, las leyes comuneras ya no son aplicables», señaló Bobadilla.

El comité designado por usos y costumbres está compuesto por familiares de comuneros que desean establecer su propia autoridad. No obstante, Bobadilla afirmó que en Tlaltenango, las normativas actuales rigen y la máxima autoridad es el ayudante municipal.

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