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Tiene más de 40 años en la industria zapatera; empezó desde adolescente, salió de la secundaria y le gustó el negocio, inculcado por su señor padre que a eso se dedicaba. Ha visitado diversas ferias de Guerrero, Estado de México y, por su puesto, por muchos años participó en la de Jojutla, su segunda tierra. Su negocio creció y como todos en Jojutla, se vino abajo con el movimiento telúrico del 19 de septiembre de 2017, pero se levantó, aunque después llegó la pandemia fenómenos que mantuvieron una crisis económica local por cinco años consecutivos. Se trata de Virginia Mancera Reyes.

—¿Cómo le está yendo al gremio zapatero en la región o en Jojutla? —Se le pregunta, luego de que la venta de zapatos en la región se ve ampliamente competida con grandes cadenas comerciales instaladas en el centro económico regional, Jojutla.

—Generalizando, nos fue bien a todos. —Contesta segura- nos fue bien a todos porque se ha reactivado mucho la economía. Ahorita en escuelas ya se empezó como estábamos antes; las graduaciones, las cenas-bailes ya se hacen en salones. Todo eso a nosotros nos ayuda mucho con la venta, porque se activaron los bailables, lo que hacíamos antes en las escuelas y eso a nosotros nos favorece. Hablo a nivel general porque a todos los zapateros nos fue muy bien.

Tan solo para su negocio personal, ubicado en el interior del mercado “Benito Juárez”, afirma que en esta temporada de clausuras, fin de cursos y graduaciones escolares “me fue mucho mejor que en Navidad”, otra época comercial que les deja ganancias importantes, “diciembre es bendecido para todos, pero las clausuras y la entrada a las escuelas son muy fuertes”.

Inseguridad, sismo y pandemia; años de decadencia económica

—¿Originalmente les va mejor en diciembre que en estas fechas?

—Yo creo que es igual, pero este año sí estuvo “muy bueno”, mejor que el año pasado.

—¿A qué lo atribuyen?

—Se activó la economía en muchos aspectos. Para empezar, nos atoró el sismo, nos atoró pandemia, pero antes del sismo es bien sabido que hubo mucha delincuencia, que se suspendieron mucho los bailes y otros eventos por la inseguridad, (bajó)… y luego nos llegó el sismo, luego la pandemia y nos perjudicó a todos, en general, tardó en reactivarse por miedo a la enfermedad. Ahora vemos que ese miedo quedó en el pasado, aunque sí nos seguimos cuidando, pero ahora ya hay más confianza y por ello se reactivaron los bailables, (los eventos) por la salida en las escuelas, las clausuras, cenas-baile, eventos.

—¿Cuándo empezaron a restablecerse las ventas?

—Fue este año. El año pasado no hubo mucha entrada como este año que nos fue mejor a todos.

Virginia Mancera, comerciante, madre, esposa, refiere que tiene tres puestos de zapatos en el interior del citado centro comercial y genera empleo a por lo menos tres personas eventuales, todas jóvenes. A diario hace acto de presencia en los tres y menciona que ha logrado sobreponerse a la competencia que representan las grandes cadenas comerciales instaladas en Jojutla, gracias a que es distribuidora directa de fábricas de zapatos de León, Guanajuato. Algunos de sus compañeros también lo hacen.

Zapatos de Jojutla llegan a Illinois

Se aprecia que Virginia Mancera es una mujer conforme con su oficio, a gusto y que goza del mismo; estima que al menos un 30 por ciento de lo que vende lo hace a clientes de otros lugares, por ejemplo, de la Ciudad de México, de Cuernavaca, de Cuautla y hay quienes se llevan zapatos a los Estados Unidos de América, la mayoría para Chicago, Atlanta y Nueva York. Hay una clienta de Illinois, dice, que cuando la visita se lleva hasta cinco pares.

Tenía 14 años y empezó a trabajar, estudiaba en la Escuela Secundaria Técnica número 27 de Zacatepec, Morelos, porque desde niña le gustó el comercio.

Visita constantemente León, Guanajuato, como uno más del mercado y la Ciudad de México, pero la mayoría de los vendedores de Jojutla se abastecen en la Ciudad de México, aunque es abastecida por Guanajuato.

Refiere que trabaja con marcas de calidad, que son alrededor de 15 y que se distinguen además del modelo, forma y estética, en el tipo de piel y suela.

Tiene 36 años como comerciante y empezó vendiendo ropa, luego huaraches de plástico. Sale a ferias, pero señala que ya no va a Guerrero, al municipio de Aguacotzingo, que dejó de visitar desde hace 11 años por la inseguridad que padeció en esas fechas, con el incremento de secuestros, robos, extorsiones.

También visitó ferias en Oaxaca y desde luego la de Jojutla, misma que dejó a partir de que la reubicaron y les aumentaron el cobro, les redujeron espacio y se descuidó el aspecto comercial, por lo que mejor decidió abandonarla.

Refiere que ha tenido tantas experiencias, una incluso, paranormal, inexplicable, pero muy personal.

Virginia Mancera, Vicky, como le gusta que le digan, es amable, alegre, conversadora; con semblante a gusto, pero con sonrisa un poco apenada, “chiveada”, dijo que aceptaba la entrevista, que se desarrolló en un local pequeño, entre zapatos industriales, formales, casuales, botas, zapatillas y huaraches. Hizo un ambiente agradable al colocar un ventilador para evitar que aumentara el calor que genera el techo de lámina que cubre el pasillo de esa parte del mercado.

Recuperación económica

Contenta que las ventas en su giro esta vez incrementaron alrededor del 70 por ciento, una situación que se puede apreciar cuando se vive más tiempo en el mercado que en casa, “se vio mucho movimiento, te das cuenta, aunque no lo platiques porque a veces no tienes tiempo de hacerlo, aunque seamos vecinos, compañeros, a veces no tenemos esa oportunidad, porque te enfocas en tu trabajo, pero te das cuenta y ves el movimiento de mercancía, de gente, hubo mucho trabajo, sí estuvo muy bueno este año, mucho mejor que el pasado”.

Son aproximadamente diez zapaterías en el mercado, instaladas tanto en el interior, como en locales que dan con la calle.

Pese a la instalación de cadenas comerciales de zapaterías, al menos cinco en pleno centro, a una cuadra del mercado, “hemos sobrevivido”, ya que a pesar de que dichas cadenas “son muy buenas, pero también nosotros. Le echamos ganas. Son competencia, pero la competencia te hace más fuerte, si no te doblas, si al contrario en vez de aflojar aprietas, y aquí seguimos”.

Su mensaje final es que los visitantes sigan consumiendo en el comercio local para fortalecer la economía de la región, ya que en los tres mercados jojutleños “encuentras de todo. Vienes al mercado, nunca vas a salir con las manos vacías de que no encontraste algo… Jojutla está bendecido por tres mercados…”

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