loader image

Las resorteras han sido un artefacto esencial en la vida de las comunidades morelenses. Desde su creación artesanal hasta su uso, como es el caso de Omar Ramírez Montero, de Pueblo Viejo, Temixco y desde sus 11 años empezó a utilizarlas. Hasta la fecha, 15 años después, aún conserva su primera resortera.

Omar cuenta que para él es una afición, además le sirve para relajarse: “Porque cuando uno está triste, molesto, se va con la resortera al campo y se olvida de todo, y pues más en la resortera tirándole a botellas.”

Le gusta hacerlas desde cero, tallarlas con figuras y coleccionarlas. Cada resortera toma alrededor de un mes para estar lista, empezando con el primer paso que es cortar una figura parecida a la “Y” proveniente de un árbol de guayabo cuidando de no dañarlo. Después se encarga de amoldarlo con calor a la forma deseada y con la ayuda de unos lazos. La liga de hule es pieza importante en las resorteras; algunas más duras tiran con más fuerza, pero con menos precisión; las que son suaves y delgadas ayudan a tener un mejor manejo del proyectil y así darles a objetivos lejanos. Omar aconseja utilizar una piedra grande, como las de río, ya que las pequeñas corren riesgo de desviarse por el viento.

Él participará el próximo 21 de julio en el torneo de resorteras, en la loma de Xochitepec “Loma Bonita”, vecina al Cerro El Jumil que fue declarada zona de conservación hace aproximadamente un año y medio.

El cerro El Jumil es un territorio con selva baja caducifolia. Es decir, cuenta con un tipo de vegetación que se caracteriza por la presencia de árboles de hasta 15 metros, así como su notoria estacionalidad, ya que la mayor parte de su biodiversidad pierde el follaje durante la época seca, mientras que en los meses de lluvia se pinta de distintas tonalidades de verde.

En 2010, en el Cerro El Jumil, se encontraron basamentos provenientes de organizaciones prehispánicas, los cuales aún se estudian por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como vestigios de una muralla de piedra caliza, que supone la existencia de una fortaleza xochicalca que data del periodo Epiclásico (650-900 d.C.). Esta información más detallada se puede encontrar en el suplemento #558 “El Tlacuache”, del INAH y en La Jornada Morelos.

Por ello los habitantes de las comunidades aledañas como Tetlama, Coatetelco, Cuentepec y Loma Bonita, consideran que es un territorio importante para la historia mexicana. Además, por ser un cerro muy alto, funciona como observatorio natural hacia la zona Arqueológica de Xochicalco.

Cerca de la zona, justo a lado, está el cerro Colotepec, el cual ha sido concesionado para la explotación por empresas mineras canadienses.

Según la revista “La Biodiversidad en Morelos”, el proyecto de explotación de oro y plata en el Cerro “Colotepec” “puede generar daños en el entorno natural y plantea un panorama devastador: “De un paisaje natural con cerros, cañadas y bosques, se pasa en pocos años a un paisaje desértico, sin vegetación y con grandes cráteres, que alteran los cursos de agua superficial, lo cual propicia la acumulación de sedimentos en sus cauces, y afectan la calidad y uso de sus aguas”.

Tomando en cuenta que hay 3 ríos cercanos; Río Apatlaco; Río Cuentepec; Río Frío; y la laguna “El Rodeo” situada a algunos kilómetros de las zonas concesionadas, las contaminaciones acuíferas pueden terminar con esas corrientes de agua y con la biodiversidad que habita en ellas. Sin contar las posibles consecuencias en la arquitectura de las pirámides de Xochicalco, ocasionadas por las explosiones de dinamita en las zonas concesionadas.

Por ello, el Torneo de Resorteras es importante para las comunidades antes mencionadas, ya que buscan la resistencia a través de la unión, buscan reforzar las tradiciones y valorar el entorno que aún se tiene y se está luchando por conservar. Además, quieren evitar los daños a la salud de los habitantes cercanos a los territorios concesionados, y qué mejor manera de hacerlo que en el día mundial contra la minería a tajo abierto. La invitación está abierta para todo público, ya sea como asistentes o como competidores, tomando en cuenta el consejo de Omar: Utilizar una resortera con el hule flojito, una piedra grandecita y dar lo mejor de uno en cada tiro, para así este 21 de julio lograr un Morelos sin Mina.

FOTOS CORTESÍA JULIO COLÍN