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La atención a la salud mental perinatal emerge como un tema de suma importancia en México, aunque aún no ha recibido la atención que merece. La Dra. Bruma Palacios Hernández, experta en Psicología Clínica y Salud Mental Perinatal, enfatiza la necesidad urgente de priorizar este aspecto en el país. Destaca que invertir en el bienestar emocional de las madres durante el embarazo y el posparto es fundamental no solo para su propio bienestar futuro, sino también para el de sus bebés y el conjunto de la sociedad.

En entrevista para la Jornada Morelos, la Dra. Palacios Hernández define la salud mental perinatal como el conjunto de factores emocionales y de bienestar psicológico durante el embarazo, el primer año postparto e incluso en la etapa de planificación del embarazo. Subraya que este término abarca no solo el bienestar psicológico de las madres, sino también su relación con su bebé, pareja, familia y comunidad.

Asimismo, resalta la importancia de reconocer las señales de alarma durante este periodo, como la depresión y la ansiedad, que pueden manifestarse a través de síntomas como el ánimo triste persistente y altos niveles de preocupación. Estos trastornos requieren ser abordados con apoyo profesional para prevenir consecuencias graves, como el riesgo suicida.

La Dra. Palacios identifica factores de riesgo como antecedentes de trastornos mentales, violencia de pareja, falta de apoyo social y condiciones socioeconómicas desfavorables, que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres durante el embarazo y el posparto.

En lo que respecta a las políticas públicas en México, la Dra. Palacios señala que, «como ocurre con la salud mental en general en nuestro sistema de salud público mexicano, aún no es prioridad, por lo que hay una gran escasez de servicios de salud mental disponibles públicos en el país». Subraya además la necesidad de contar con servicios de salud mental accesibles e incorporar la atención en salud mental perinatal en los equipos de salud materno-infantil.

La experta destaca la importancia de la capacitación del personal de salud para identificar y abordar los problemas psicológicos y emocionales de manera temprana, así como el aumento del financiamiento para estos servicios. Hace un llamado a actualizar las legislaciones y normativas para garantizar la efectiva aplicación de las guías clínicas existentes. «Tenemos mucho trabajo por delante para hacer de la salud mental materna e infantil una prioridad en el país, pero es un esfuerzo que debemos continuar», concluyó Palacios.